El boom de 'Scary Terry' le puede costar millones a Terry Rozier
Comercializó una línea de ropa con la imagen de Ghostface, el asesino de Scream, y ha sido demandado por la empresa que tiene sus derechos.
Terry Rozier tiene 24 años, fue número 16 del draft de 2015 y desde entonces los Celtics lo han cuidado como una de sus grandes joyas de futuro. Danny Ainge nunca quiso incluir al base en ninguna operación de traspaso y después de dos años de aprendizaje, la temporada pasada se empezó a ver al Rozier con el que soñaban en el Garden. Tras la lesión de Kyrie Irving, fue una de las claves para que los Celtics se quedaran a un partido de las Finales de la NBA: sin Irving, Rozier brilló en ataque y defensa y promedió más de 16 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias por partido.
Y, aunque en este inicio de temporada no ha mantenido ni mucho menos ese nivel, se convirtió también en uno de los jugadores con más hype de la liga, sobre todo gracias al apodo de Scary Terry, que nació tras un partido ante los Pacers, en diciembre del año pasado, en el que ganó con un robo y un mate in extremis. Después, él mismo comercializó ese nuevo nombre con merchandising que ofreció en su página web y para ellos usó la imagen de Ghostface, el asesino de la saga de terror Scream con su máscara inspirada en El Grito, el famoso cuadro de Munch. El nombre hacía referencia también a un villano de la famosa serie de animación para adultos Rick y Morty.
Rozier produjo las prendas, sobre todo camisetas y sudaderas, y las vendió a través de importantes plataformas como Amazon, Barstool Sports y Etsy. Una primera tirada de unas 500 se agotaron por la vía rápida. Y no hay cifras exactas de cuántas se vendieron finalmente en total. El problema es que Fun World, una marca subsidiaria de la neoyorquina Easter Unlimited, tenía patentada la imagen de Ghostface tras llegar a un acuerdo con la productora de la saga Scream. Y ahora ha demandado a Roizer por violación de sus derechos, incumplimiento de las leyes de copyright y otros delitos relacionados con la venta de estas prendas sin haber llegado a ningún acuerdo con el dueño de sus derechos legales.
Por cada infracción se piden unos 150.000 dólares, y el total de lo que le podría suponer este caso al base de los Celtics puede medirse, según Sports Illustrated, en millones. Un problema para un jugador que cobra este año tres millones y será agente libre restringido este verano con una qualifying offer de más de 4 millones aunque en su entorno ya han hecho correr que buscará un contrato de al menos 20 anuales.