Una canasta de Klay rescata a los Warriors ante los Kings
Canasta ganadora de Thompson y ejercicio de liderazgo de Kevin Durant ante unos buenos Kings que tuvieron la posesión de la victoria.
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Lo mejor que se puede decir de los Warriors es que se han estabilizado después del tramo más tormentoso de la era Kerr: dos victorias seguidas ante Blazers y Kings, una por paliza y la otra por los pelos (117-116) pero sobre todo, y todavía sin Curry ni Green, un saludable aire de normalidad con Kevin Durant reinsertado y concentrado otra vez en sus cosas. Después de su 32+8+7 a los Blazers acabó, en back to back, con 44 puntos (tope de la temporada), 13 rebotes y 7 asistencias (también 7 de las 14 pérdidas totales de su equipo) ante unos Kings que no cedieron hasta la última posesión y pese a la derrota siguen (10-9) en positivo y en la zona playoffs del Oeste,
Los Warriors (aunque para ellos eso no sea lo importante ahora mismo) quedan en 14-7 y tienen otro partido en el Oracle (contra los Magic) antes de hacer las maletas para una gira de cinco partidos por el Este que comienza en Toronto y acaba en Milwaukee. En ella deberían reincorporarse Green y un Curry que lleva ya más de dos semanas sin jugar. Además de Durant, Klay Thompson se puso el mono de trabajo: 31 puntos (5/12 en triples) y 4 rebotes, uno de ataque tras su propio fallo (taponado con posible falta por Cauley-Stein) para lograr una canasta en segundo esfuerzo nada habitual en él pero que inclinó el partido a falta de cinco segundos. Después, Hield falló una bomba por encima de Looney y Marvin Bagley encajó el palmeo desesperado entre el aro y el tablero. El número 2 del último draft terminó con 20 puntos y 17 rebotes, excelente, y fue junto con Hield (ya no es noticia: 28+7) el mejor de unos Kings que compitieron contra el campeón incluso en un mal día de Bjelica, Cauley-Stein y Fox (9 asistencias pero 3/14 en tiros y 9 puntos).
Los Warriors, un día después de despachar sin problemas a los Blazers, jugaron incómodos y necesitaron 17 puntos de Durant en un último cuarto en el que llegaron por detrás a la penúltima posesión a pesar de un 11-0 en tres minutos con el que habían convertido un peligroso 102-108 en un 113-108 a menos de cuatro minutos del final. Pero ganaron, que ahora mismo es lo que necesitan, con un Durant cada vez menos pendiente de todo lo que no son los partidos, y van volviendo a la estabilidad, todavía sin sus dos grandes factores de identidad: Stephen Curry y Draymond Green. Ataque y defensa. Los Kings perdieron pero no tienen motivos para fruncir el ceño. Ni por este partido ni, desde luego, por lo que llevamos de temporada.