Es una de las grandes historias de este primer mes de competición. Si atendemos a lo que han hecho desde hace ya demasiados años es probable que sea la historia con mayúsculas. Los Sacramento Kings llevan 14 partidos y siguen con récord positivo, entre los ocho primeros clasificados, ganando a equipos aparentemente mejores y todo esto con un juego atractivo a la vez que efectivo. ¿Qué más se puede pedir?

Que Gregg Popovich, el entrenador más exitoso y respetado del siglo XXI, se rinda ante lo que estás haciendo: "Estoy impresionado. La cultura está cambiando y lo está haciendo drásticamente". Cuando alguien como Popovich habla así de un equipo es que algo muy bueno está pasando. Y en Sacramento de momento sólo llegan buenas noticias. De'Aaron Fox está jugando al nivel de su puesto 5 del draft del año pasado, sino más arriba. Cauley-Stein está sacando todo lo que se le podía imaginar y un poco más justo cuando más se empezaba a dudar de él. Buddy Hield empieza a ser decisivo, Iman Shumpert se siente de nuevo jugador y Bjelica demuestra partido tras partido que la NBA es su sitio. 

Por si esto fuera poco ya tienen otra vez a Bogdan Bogdanovic. Anoche jugó su tercer partido y fue el máximo anotador de los suyos con 22 puntos en sólo 24 minutos. Y todo esto sin que su número 2 del draft de este año, Marvin Bagley III, aporte aún a buen ritmo. 

Jugaban ante los San Antonio Spurs y eso era mal síntoma para los Kings, porque en los últimos 14 años ningún equipo tenía un récord tan negativo. 5 victorias y 45 derrotas en los últimos 50 partidos entre ellos. Es más, es la primera vez en 16 años que los Kings alcanzan antes que los Spurs los primeros 8 triunfos. Es pronto para saber dónde acabará este equipo, pero lo que ya está más que comprobado es que no son los Kings derrotados de cada temporada.