Laso: "Para ser un equipo fuerte hace falta ser un club fuerte"

La clave del éxito. “Para lograr estos éxitos (16 títulos desde que llegó al banquillo) no existe una piedra filosofal, sino que todo depende del trabajo de mucha gente. Recuerdo que cuando era pequeño iba al Torneo de Navidad y correteaba por la pista con un balón delante de todos estos grandes jugadores (apunta a los veteranos, sentados en la primera fila), ahora veis a mis hijos. Tengo unos jefes cojonudos, con sus cosas, como todos, aquí están Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros, mirad cómo se ríen. Espero que Llull piense igual sobre mí. Para ser un equipo fuerte también hay que ser un club fuerte. Ahora, por ejemplo, acaba de debutar otro jugador de 16 años que ojalá nos pueda dar muchas alegrías en el futuro. Algunos se nos van, pero otros se quedan (y mira a Llull)”.

El futuro. “Los retos pasan por seguir ganando, siempre pienso en el partido siguiente, no más allá. Me gusta que la gente se me acerque en la calle y me diga que le gusta ver nuestros partidos, aunque no sean del Madrid. Como me pasó el otro día con un señor, que sí que era del Madrid pero aún no lo sabía”.

Anécdota de cuando fichó por el Madrid en 2011. “Estaba en Vitoria y un señor se me acercó en un párking y me dijo: ‘No sabes dónde te has metido, ese equipo es un desastre’. Y yo le dije que lo mejor de todo es que se veía que ese equipo le interesaba. La gente se te acerca y quiere arreglarte los problemas, eso es habitual. Me han pasado varias anécdotas parecidas. Otra vez en un cafetería, estando con mi hijo, un señor se sentó y me tuvo media hora explicándome lo que debía hacer. Se levantó y se marchó porque le esperaba su mujer y mi hijo me preguntó entonces: ‘¿Sabes quién es?’. Ni idea, le respondí”.

¿Cómo se maneja una plantilla de 16 jugadores? “Antes nadie imaginaba que se llegarían a jugar tantos partidos, ni siquiera cuando llegué yo al banquillo hace siete años, pero ahora se disputan más de 80 partidos, más de 30 de los que se jugaban antes. Eso es muy difícil de afrontar para un equipo en el aspecto físico, pero también en lo mental. Creo que todos los jugadores deben estar preparados para jugar al máximo, pero nada está planeado con mucha anticipación, sino que los partidos y las semanas te marcan quién juega. Ojalá ganemos todos los partidos de la temporada, pero no conozco ningún equipo que haya ganado siempre. En Estados Unidos ya había plantillas de 15 o 16 jugadores. No me gustan las entradas y salidas de jugadores, prefiero contar con un equipo fuerte que venga ya trabajado y utilizar a esos jugadores. El viernes en Kaunas, por ejemplo, no sé todavía quién va a jugar”.

La mano del entrenador. “Cuando preparas un plan de partido, siempre piensas que va a funcionar, pero en el baloncesto el entrenador tiene mucha capacidad de actuación, lo mismo que los jugadores, que entran y salen. El equipo siempre ha sido receptivo a los cambios. Nos reímos con los veteranos cuando hablamos de que Pedro Ferrándiz no entendía las rotaciones. Ahora, por ejemplo, la salida del tercer cuarto es muy importante”.

El jugador que más le ha sorprendido. “A eso ya responde Tavares, y dice que Felipe Reyes. Y lleva un año, si le hubiera visto durante quince…”

La bronca a Melwin Pantzar. “A mí me cuesta actuar, soy espontáneo, las cosas me salen de manera natural aunque esté una cámara delante. Con Melwin se me cruzó un cable el otro día, me lo dijo mi hijo, pero esa es mi forma de ser. Me hizo famoso, o le hice famoso. Creo que Melwin está contento, que sabe que se lo dije por algo, porque quiero que haga las cosas bien. A veces veo al equipo nervioso, y transmito calma. Yo no soy un entrenador que habla para la galería en los tiempos muertos. Y voy a contar una cosa. Tengo un jugador que me mira en esos tiempos muertos, me dice que sí a todo con la cabeza (no es Felipe Reyes) y cuando acabo me coge del brazo y me pregunta: ‘¿Qué jugamos?’. Y no me enfado, sé que es así y que está con muchas pulsaciones. Se lo explicó y ya está”.

La vida fuera del baloncesto. “A mí me cuesta desconectar, veo muchos partidos, aunque no estoy todo el rato pegado a una pantalla. No me levanto para ver los partidos de Luka Doncic, que me preguntaban el otro día, prefiero estar descansado, pero si que a veces leo un artículo de economía, por poner un ejemplo, y empiezo a pensar cómo aplicar eso en el baloncesto. En casa me aprietan para que desconecte un poco más de lo que lo hago”.

La cantera del Madrid. “Tengo la suerte de contar con jugadores de la cantera que llegan muy bien preparados. Cuando Nakic debutó en mayo en Gran Canaria ni se había entrenado con el primer equipo esa semana. Pero para mí el objetivo no es que debuten, sino que sigan creciendo y que sean importantes para el Madrid. De los sesenta jugadores que hay en cantera no van a jugar todos en el primer equipo, pero sí queremos formarles y que lleguen lejos. Hay muchos en la ACB de nuestra cantera y eso es muy positivo”.

La relación con Doncic. “Mantengo el contacto con Doncic, le veo bien, tiene mucha calidad, es muy listo y sabe acoplarse a todas las circunstancias. Va a hacer una gran temporada en Dallas”.

Jugar al baloncesto. “Cuando haces lo que te gusta, el cansancio mental es mínimo. Somos unos privilegiados por poder jugar al baloncesto en un club como el Madrid. Con una plantilla tan amplia hablar de cansancio mental sería una excusa. De ganar no te cansas nunca, quieres repetir esa sensación cuantas más veces mejor. Nos gusta ganar y los partidos en los que se deciden los títulos. Aún vivo un sueño porque soy del Real Madrid desde pequeño. Espero estar mucho más tiempo”.

Los tiros ganadores. “Cuando meto uno me provoca mucha alegría, una explosión muy grande de felicidad, aunque también hay que asumir antes una responsabilidad importante”.

Un quinteto perfecto, o casi. “Mi equipo perfecto no existe, pero cogería a Raúl López, Navarro, Nocioni, Reyes y luego a cualquiera de los hermanos Gasol. De pequeño me fijaba mucho en Herreros, nos hubiéramos llevado bien jugando juntos. A los dos nos gusta ganar y odiamos perder. Me hubiera gustado jugar con él”.

La clave del éxito del Madrid. “Ningún jugador se siente mejor que otro. Que llevemos muchos años juntos hace también más fácil la integración de los nuevos. Ganamos y perdemos todos, así lo entendemos”.

El buen rumbo del baloncesto blanco. “Lo más importante es tener buenos jugadores, y los tenemos. Buenos entrenadores, y los tenemos. El trabajo con la cantera es espectacular, incluso aunque a nuestro pesar algunos se hayan ido a la NBA: Mirotic, Willy, Doncic... La época dorada, como la de los sesenta, viene dada por el equipo, con jugadores, también los extranjeros, que conocen lo que es el Real Madrid, que conocen a lo que vienen. Laso ha sabido dar con los roles de los jugadores, que es lo más complicado en un equipo profesional. Y no me olvido de los aficionados, del Palacio de Deportes, de la química tan especial entre los jugadores y la afición. Casi nos creemos invencibles en casa. Hemos festejados muchos éxitos en estos últimos años, pero no nos olvidamos de cuando el Fenerbahçe nos eliminó en cuartos de la Euroliga en 2016. Nos barrieron 3-0 y en el último partido, con todo decidido y a falta de un minuto, el público se puso en pie y nos estuvo aplaudiendo hasta el final. Eso nos dio fuerzas para ganar la Liga, nos dios más fuerzas que cualquier título”.

La diferencia entre ser directivo y jugador. “Como jugador no recuerdo un solo partido en el que me pusiera nervioso y ahora estoy de los nervios incluso en pretemporada, pero me alegro tanto por las victorias como cuando estaba en activo, incluso más”.

Un grupo fuerte. “La estabilidad en las plantillas es fundamental. Antes los que más duraban en el equipo era los jugadores españoles, pero ahora eso también ha cambiado. Carroll lleva ocho años; Ayón, cinco; Thompkins y Taylor, cuatro”.

¿Incorporar a Nocioni? “Va a ser difícil moverle de Argentina, aunque le hemos cogido cariño. Es uno de los jugadores que más me han marcado. Ya habló en su día Juan Carlos Sánchez con él para ver lo que iba a hacer, pero necesitaba volver a su país”.

Los inicios del Madrid de las Copas de Europa. “Llegué al Madrid allá por los años sesenta, cuando Raimundo Saporta y Santiago Bernabéu empezaban a dar vida al baloncesto aprovechando las primeras retransmisiones en Televisión Española. Desde entonces tengo muchos gratos recuerdos. Pero eso es pasado, ahora quiero destacar la apuesta por el baloncesto de Florentino Pérez y su junta directiva. Se han logrado unos éxitos inimaginables”.

Un equipo de verdad. “El baloncesto ha cambiado poco, pero todo ha mejorado mucho. La técnica, las instalaciones, el físico… He viajado mucho tiempo con el actual equipo y espero seguir haciéndolo y se ve camaradería, amistad y convivencia. Y se ve que es un equipo que trabaja, que se toma cada partido con la necesidad de ganar. Gracias a ellos el baloncesto del Real Madrid es algo importante en la sociedad. Entonces era igual que ahora, trabajábamos para ganar. Hay que dedicarle tiempo y muchas horas”.