Washington Wizards: la gran asignatura pendiente es química
En un vestuario ya delicado entran Dwight Howard y Austin Rivers. Los Wizards pueden volver a ser alternativa en el Este... o desintegrarse.
AÑO DE CREACIÓN: 1961 (como Chicago Packers)
PABELLÓN: Capital One Arena
PROPIETARIO: Monumental Sports & Entertainment
GENERAL MANAGER: Ernie Grunfeld
ENTRENADOR: Scott Brooks (desde 2016)
TÍTULOS: 1 (1978)
PASADA TEMPORADA: 43-39 (eliminado en primera ronda)
PRINCIPALES ALTAS: Dwight Howard, Troy Brown, Thomas Bryant, Jeff Green, Jordan McRae, Austin Rivers.
PRINCIPALES BAJAS: Marcin Gortat, Mike Scott, Tim Frazier.
CONTRATOS MÁS ALTOS 2018-19: Otto Porter (26), Bradley Beal (25,4), John Wall (19,1), Ian Mahinmi (16), Austin Rivers (12,6).
PRINCIPALES JUGADORES EN ÚLTIMO AÑO DE CONTRATO: Austin Rivers, Markieff Morris, Dwight Howard (player option 2019-20), Tomas Satoransky.
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ANÁLISIS: un momento tan bueno como cualquier otro
Hace no mucho, los Wizards eran la alternativa sexy del Este. Más: hace no tanto (aunque lo parezca) se debatía (no sin fundamento) si tenía más futuro el backcourt John Wall-Bradley Beal o el que formaban Stephen Curry y Klay Thompson en la Bahía de San Francisco. Los Wizards no dudaron en gastar cuando tocó (la ampliación de Otto Porter a la cabeza) para intentar convertirse en la alternativa que nunca han podido ser hasta ahora. Peor: después de rozar la final de Conferencia en 2017 (4-3 contra los Celtics), la pasada temporada dieron un paso atrás con Wall lesionado y la química del equipo, siempre inestable en Washington, en un momento especialmente delicado.
¿Y qué hace un equipo con serios problemas de química? Meter en su vestuario a Dwight Howard. Y a Austin Rivers. Desde luego, en los Wizards han apostado por el todo o nada, deslumbrar o entrar en combustión definitiva. Tal vez porque, simplemente, han percibido que es momento de ahora o nunca para un proyecto que, si todo fuera a ir bien otra vez, podría volver a estar muy cerca de la cabeza del Este. Howard ya no es el de hace una década, pero es un pívot productivo con el físico que no tenía Marcin Gortat, finalmente enemigo íntimo de Wall. Rivers es inestable pero es un buen anotador para la segunda unidad, algo que el equipo necesita sin duda alguna. Y Jeff Green, aunque no mucho más, es un alero capaz de dar unos minutos de rotación interesantes. Además, ha llegado vía draft Troy Brown, un número 15 que se mueve por todo el perímetro, tiene instinto con el balón en las manos y cubre diversas necesidades defensivas.
Si todo eso fuera bien (Scott Brooks estará en el disparadero si no), si Howard y Rivers encajan en el vestuario, las lesiones no hacen mella y el equipo rema al unísono, los Wizards pueden aspirar a estar entre los cuatro primeros del Este. Sobre todo (es condición ineludible) si aparecen las mejores versiones de John Wall (que en lo individual se juega mucho esta temporada), Bradley Beal (en su punto de forma ideal uno de los mejores de la liga en su puesto) y Otto Porter. Pero la realidad es que no es fácil apostar por ello por mucho que vaya a resultar apasionante monitorizar la, tal vez, última gran oportunidad para Dwight Howard. Eso sí, lo más importante está ahí: el talento. Mucho talento. Así que todo puede ser.