MOVISTAR ESTUDIANTES 69-POLSKI TORUN 84

Un desastroso Estudiantes queda eliminado de la Champions

El equipo colegial no supo defender el +8 obtenido en Polonia y cayó de 15 puntos ante el Torun. Duro toque de atención antes de iniciar la Liga.

FIBA

Solo cuatro partidos llevamos de temporada y el Movistar Estudiantes ya ha tenido tiempo de liarla. Y mucho. Los colegiales quedaron eliminados de la Champions FIBA tras un desastroso partido ante el Torun. Los ocho puntos de ventaja obtenidos en Polonia no sirvieron de nada. Fueron un simple espejismo, un regalo envenenado para un equipo cuyo nivel, al menos en estos momentos y sino hay fichajes, no le permite jugar a arreones, a medir distancias y a descontar los minutos como hicieron este jueves. Contra el Norrköping Dolphins se jugó en la misma cuerda a cien metros del suelo, pero salió cara. Esta vez fue cruz. Cuando lanzas la moneda...

Los colegiales se marcharon escaldados de Torrejón (69-84) por un cúmulo de horrores que se sucedían en cadena con el triple (2/18), los tiros libres (15 de 28) y de nuevo las pérdidas (11) como pecados originales. Pero hubo más. La defensa fue de papel ante la electricidad de Rob Lowery, la versatilidad ofensiva de Karol Gruszecki y la potencia interior de Cheikh Mbodj y Krzysztof Sulima. Se buscaban las sombras de un rival que se mostró débil en la ida y en la vuelta, de hormigón.

La remontada era impensable cuando acabó el primer cuarto (23-21). El control era absoluto. Clavell estaba entonado al igual que Caner-Medley. Perl era otra cosa. El húngaro hizo diez minutos perfectos: 8 puntos sin error, 3 asistencias y 2 robos y rebotes. 14 de los 31 créditos de valoración colegial eran suyos. Evitó el primer demarraje polaco. Pero no el segundo.

Con un desfase de 8 en el rebote (14-22) y tres faltas en el primer minuto del segundo cuarto, el Torun encontraba su asiento en el partido. Se iba sintiendo cómodo. Y tras coquetear en varios instantes con darle la vuelta a la eliminatoria, golpearon a 27 segundos del descanso. Lowery puso el +9 (38-47) y todo se derrumbó.

Cada reacción ramireña en ataque, era desperdiciada en defensa. Los polacos nunca sintieron que podían caer eliminados y esperaron. Esperaron a que los nervios pudieron con un Estu que no sabía qué hacer. Las manos temblaban. El golpe final llegó de la mano de Gruszecki (22 tantos). El alero puso un +15 (56-71) que ni el último contragolpe de los de Berrocal pudo paliar. El Estudiantes dice adiós a la competición europea antes de que empiece lo bueno. Ahora se verá si es un simple bache o la primera página de un libro muy oscuro a dos días de comenzar la Liga.  

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