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EUSKAL KOPA

El Bilbao gana confianza antes de la LEB tras arrasar al Gipuzkoa

Salgado dirigió la orquesta y Edu Martínez disparó con cinco de cinco triples para reeditar la Euskal Kopa. Mumbrú tiene a punto un proyecto que divierte y a Valdeolmillos le queda tarea.

El Bilbao Basket, campeón

El fin de semana en el que el principal equipo vasco de élite, el Baskonia, trataba de ganar la Supercopa ACB, los otros dos clubes que van a la zaga se jugaban la Euskal Kopa, en Durango. Uno pena sus errores en LEB Oro y el otro se ha debilitado de una manera alarmante. El Gipuzkoa ha iniciado una nueva etapa y le queda un mundo por construir: su pretemporada está siendo muy accidentada y le fata casi todo por acoplar. Hasta bajó los brazos al final. Todo son incógnitas a su alrededor. El Bilbao Basket, por el contrario, tiene más certezas pese a la nube económica que le lleva amenazando durante un lustro. Estos cuatro partidos en una semana y ya con todos en el día a día le han puesto en órbita. Sufrió mucho más en el choque previo ante Araberri, día y medio antes, que en la final. Reeditó la corona que se ciñó el año pasado ante el mismo enemigo. Ha elegido ser cabeza de ratón en la segunda categoría y se proclamó campeón del torneo vasco.

En la actual era, con Mumbrú al frente, se adentra en la escuela Aito de todas todas. Sabe en lo que es bueno y tapa bien alguna carencia (esta vez el problema del rebote se diluyó cerrando mejor el aro). Por eso precisa de dos bases que tienen absoluto control del partido, que  puedan leer muy bien el juego, que tengan tiro desde cualquier posición, que sepan jugar llegando y que pidan un bloqueo directo para generar rápidamente alguna amenaza. El equipo aprieta el culo en defensa, arriesga para el robo, no le importa gastar faltas porque es muy largo y monta rápidamente una transición veloz. Jamás se concede una canasta sencilla cerca del aro. De lo poco que se ve de cinco contra cinco elaborado las ideas están claras: todos menos el cinco pueden tirar y no les hace falta tener posición clara; bajan el balón, miran al defensor que tienen a un metro y disparan, o como mucho dos botes de distracción antes del fuego. Todos tienen licencia para mirar al aro, pero el que dimite atrás va al banquillo. El dos por dos también es una opción con el exterior y el pívot de espaldas entendiéndose. Y si nada de ello funciona, verticalidad, uno por uno y hacia dentro, algo que recibió ‘de buen grado’ un pálido Delteco en el cuarto inicial. Las rotaciones son fundamentales y así lo entendieron principalmente un Larsen que dominó la pintura y un Edu Martínez que mató al Gipuzkoa a base de triplazos cuando este asomaba la cabeza en plan reacción. Todo básico, sencillo, divertido, dinámico, con polivalencia y ritmo. La actividad atrás fue el pilar en el primer cuarto para encender el motor de diez minutos descomunales. Ese es otro principio básico: como los pilotos de Fórmula 1, los equipos con el 'sello García Reneses' salen a demarrar para alcanzar un colchón que les lleve por una travesía de confianza sobre el enemigo. Negando líneas de pase y con robos por todos los sectores del campo, los bilbaínos se fueron a un 9-29 en el primer acto.

En el segundo cuarto el GBC, fuera de ritmo, se enteró que lo del cartel ACB hay que demostrarlo sobre la pista. aunque fue un mero espejismo. Ajustó un poco su defensa, metió al fin el primer triple y protegió algo más la bola (siete pérdidas protagonizó el acto inicial). Maiza hizo el primer triple guipuzcoano por una mala defensa bilbaína en la que Salgado quedó dudando si ir a la esquina o cubrir en medio. Un 10-0 de salida puso el 19-29, con antideportiva de Sinica por medio. Rompió la sequía Edu Martínez con un triple (ahí empezó su escabechina) y como a Mumbrú no le gustaba lo que veía hizo un cambio triple, haciendo volver a toda la artillería: Matulionis, Lammers y Cruz. Lugo retornó el microondas Brown, que se había retirado en medio de otro recital por un problema en la muñeca. Parece que eso le desenchufó un tanto.

Valdeolmillos tiene un problema. Hay lesiones, no puede entrenar con todos y solo dispone de tres jugadores con cierta capacidad para anotar. Y se enfrentó a un equipo con diez diseñados para ello. El año pasado el GBC tenía un Big Three con Norel, Clark y Chery, más la ayuda de Swing y ya no queda nada de eso. Muchos puntos por la borda. Falta por acoplar al veterano Sekulic, ver qué se hace con el lesionado Faverani y esperar la recuperación de Burjanadze y Gutiérrez, se supone que hombres importantes, pero va a tener que afinar mucho una orquesta con tan pocos instrumentos. Cada vez que trataban de reaccionar recibían un triple de Edu Martínez (cinco de cinco), que sale de una lesión pero los balones que le servía un genial Salgado los resolvió con tino. A base de supercanastas, cómo no, el Bilbao Basket se fue al inicio del último cuarto hasta los 24 de ventaja (52-76 y 58-82), y cuando restaba un minuto y medio para acabar firmó el sonrojante 60-89. La sensación es que el ACB en Landako era él (14/22 en triples y mucha regularidad, sin ir al circo cuando estaba 20 arriba ni malas caras cuando el Delteco amagó la reacción). Está hasta demasiado afilado a dos semanas de la LEB Oro.