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De la NBA y el Baskonia al vóley playa y soñar con los Juegos

Las lesiones de rodilla acabaron con la carrera de Chase Budinger. Todavía con 30 años, se ha reconvertido en su carrera profesional.

De la NBA y el Baskonia al vóley playa y soñar con los Juegos
EZRA SHAWAFP

Chase Budinger acaba de cumplir 30 años. No se ha cumplido todavía una década de su debut en la NBA, con los Rockets en 2009. Había sido seleccionado con el número 44 del draft por los Pistons, que le enviaron al momento a Houston. Antes había jugado tres años en Arizona, en el último con medias de 18 puntos y más de seis rebotes.

En la NBA fue un alero con temporadas muy interesantes en Houston y Minnesota. Participó en un concurso de mates (2012)... y poco después sufrió una grave lesión de rodilla tras la que no volvió a jugar al mismo nivel. Su última aventura fue en el Baskonia (2016-17). Y después se le perdió la pista en el baloncesto... aunque sigue dedicándose al deporte. Juega en el circuito de la AVP (Asociación Profesional de Vóley Playa) como compañero del exolímpico Sean Rosenthal. Cuestión de familia: su hermana mayor, Brittanie, jugó como profesional en el vóleibol europeo. Y su hermano Duncan también se dedica a este deporte.

El californiano contó en SB Nation que está feliz en su nueva vida: “Es genial, voy en bici a la playa a entrenar. Trabajo en la arena, al sol... es inigualable. Jugamos en sitios únicos, muy bonitos. Está todo muy bien. El ambiente es mucho más relajado que en la NBA. Sigues tu ritmo. En la NBA todo se te impone, esa la mayor diferencia”.

Además, el nuevo deporte se adapta bien a sus problemas de rodillas: “En la arena el desgaste es menor, sobre todo para las articulaciones, que sufren mucho en la NBA. Por eso aquí puedes alargar tu carrera y jugar hasta los cuarenta años si quieres. Luego tienes que acostumbrarte a saltar en la arena. Hay jugadores de la NBA que no son capaces de hacerlo aunque tienen una tremenda capacidad de salto. No se usan los mismos músculos en la arena que en una pista de baloncesto, es cuestión de repetición y de habituarse. Yo es que llevo jugando desde los doce años. Luego me decidí por el baloncesto, pero no fue fácil. No había programa de vóley en Arizona así que me incliné por el baloncesto”.

Ahora tiene un objetivo, los Juegos de 2020 o 2024: “Es el momento. 2020 será difícil pero ya veremos”. Y cuenta un secreto: “He jugado con Blake Griffin, Sasha Vujacic, Richard Jefferson... pero el que es muy bueno es Luke Walton, le encanta el vóley playa”.