Sue Bird histórica: primera en jugar 500 partidos en la WNBA
La base de Seattle Storm alcanzó esa cifra este domingo ante Atlanta Dreams. Ostenta también el récord histórico en asistencias y All Star Game.
Y todo ello luciendo siempre la misma camiseta: la de Seattle, equipo que la eligió con el uno en el draft de 2002. Algo casi único en la WNBA. De las 25 jugadoras con más partidos a sus espaldas, solo Tamika Catchings (8º con 457 encuentros en Indiana) y Diana Taurasi (15º con 422 en Phoenix) no han cambiado de equipo. Milton-Jones, la anterior mayor marca, estuvo en cinco franquicias diferentes antes de su retirada en 2015 y tras 17 temporadas en la élite (Los Angeles Sparks, Washington Mystic, San Antonio Silver, New York Liberty y Atlanta Dreams).
Bird es la única integrante del draft de 2002 en activo y la más veterana en la WNBA. "Pertenecer a un equipo joven y estar rodeada de gente joven diariamente es contagioso. Las jugadoras mayores, se quejan mucho", dijo la base tras la victoria sobre Connecticut este viernes en palabras recogidas por la WNBA. Además, dio la receta para continuar al más alto nivel (está en su mejores registros como asistente con 7,2): "Cambié por completó mi dieta. Cambié por completo mi régimen de entrenamientos. Hace un par de años me di cuenta de que lo único que podía controlar realmente eran pequeñas cosas que ayudaran a mi cuerpo. No quería que mi cuerpo me fallara. Afortunadamente, encontré algo que funciona y me apego a eso".
Parece que este plan ha funcionando a las mil maravillas. Dejando al margen la temporada 2013, que se perdió entera por una extirpación de quistes en la rodilla derecha, la antigua huskie solo ha faltado a 33 de los 533 encuentros posibles de regular season y está en camino de completar su 13ª campaña por encima de los 30 duelos.
"Muchas no es que no quiera jugar o que se cansen o aburran, es que sus cuerpos se rinden. Ahora estamos en un momento en el que miras a Tom Brady (40 años), LeBron James (33)... Siento que Diana (Taurasi) y yo estamos comenzando esa tendencia en el baloncesto femenino. Cuando cumplí los 30, la primera pregunta que tuve fue '¿cuánto tiempo más quieres jugar?' Y no veo por qué no puedo continuar hasta los 40", comentó al Hartford Courant la doble campeona de la WNBA (2004 y 2010).