Sigue sin saberse nada a ciencia cierta del futuro de LeBron James, que continúa de vacaciones en el Caribe mientras, supuestamente, deshoja la margarita. Bueno, hay cosas que sí se saben: a priori Houston Rockets está fuera de unas quinielas que básicamente ocupan Lakers y Cavaliers con los Sixers como opción menos probable pero todavía viva. Ayer se supo que LeBron no ejecutará el año extra que podía tener en los Cavs (35,6 millones de dólares) para ser agente libre sin restricciones.

También se sabe que no quiere demorar su decisión, que probablemente la anuncie antes del 4 de julio y que no ha aceptado reuniones ni presentaciones seductoras de ningún equipo. Ya vivió eso en 2010, cuando se fue a Miami, y no quería repetirlo con 33 años y las cosas más claras. O eso parece. También parece que, o eso ha dicho su entorno, no quiere ser la primera estrella en mover ficha. Tal vez un simple mecanismo para presionar a los Lakers... o a cualquiera que quiera reforzarse con otro gran jugador con el que hacer más sugerente el proyecto deportivo al que llegaría LeBron. También en su entorno se ha tratado de despejar cualquier rumor: ni acercamientos a Kawhi Leonard, ni acercamientos a Paul George, ni grandes planes conjuntos ni necesidad de que alguno de ellos vaya a los Lakers para que LeBron también vista de amarillo y morado. Según el veterano periodista Mark Heisler, formas de evitar que el nombre del mejor jugador del mundo se vea envuelto en líos relacionados con el tampering por el que la NBA ya ha tirado un par de veces de las orejas a los Lakers, por ejemplo.

Y lo último que se sabe, a medida que se acerca el inicio oficial del baile con la llegada del 1 de julio, es que LeBron se ha reunido con todo su entorno de confianza (familiar y empresarial) en lo que han denominado “Decision Cave” (la cueva de la decisión). Según Brian Windhorst, uno de los periodistas más cercanos al jugador, poco más que un chascarrillo en referencia a 2014, cuando LeBron y los suyos tomaban la decisión de regresar a Cleveland y acuñaron ese término, “la cueva de la decisión”. Cuatro años antes, en 2010, ‘The Decision’ fue un especial televisivo de ESPN en el que LeBron anunció que se iba a Miami Heat y se granjeó, por las formas y el formato, una catarata de críticas demoledoras.

La prensa del corazón estadounidense ya ha dado con esa cueva de la decisión, cuyo alquiler cuesta 75.000 dólares a la semana y que está en la dependencia de Anguila, en el Caribe (Antillas Menores).