El Bilbao Basket renunciaría a una invitación para jugar en ACB
Anuncia que saldrá en LEB con un proyecto potente en busca del ascenso. La deuda sigue igual que cuando se fue Arrinda: seis kilos. Se manejará un presupuesto de 1,2M€.
El Bilbao Basket saldrá adelante con un “proyecto potente” en LEB Oro en busca del ascenso, pero en gran medida el futuro depende de recibir los 1,6 millones del fondo de descensos, principalmente de golpe y no en cuatro años como pretende la ACB, para que triunfe el preconcurso de acreedores que está en marcha y se vaya pagando lo pendiente. Lo más preocupante es que pese a los esfuerzos y las promesas lanzadas en 2014, el consejo no ha conseguido rebajar la losa que dejó Gorka Arrinda de seis millones de euros. El momento culminante de la cita en Miribilla tuvo lugar cuando la directiva avanzó que aunque haya una renuncia en algún ascenso y les inviten a volver a la ACB, lo rechazarían: “No estamos en condiciones económico-financieras para estar en ACB, queremos estar un año en LEB, quitarnos la deuda y tirar hacia adelante”. Da la sensación de que la única solución para la viabilidad del club era el descenso, aunque anteriormente se ceñía la supervivencia a la permanencia. De locos.
“Vamos a diseñar una estructura que se adapte a las características de la categoría, nos hemos visto obligados a tomar la dolorosa decisión de reducir la plantilla de trabajadores a dos personas. Tenemos que intentar ser coherentes entre nuestra partida de ingresos y gastos”, indicaron los consejeros. Muchos patrocinadores han mostrado su intención por continuar y “los ingresos por abonados serán claves”. “Nuestro objetivo es hacer un proyecto potente que nos permita estar en disposición de volver a ser equipo de ACB, este es un paso atrás que nos permita coger impulso. Ese es nuestro objetivo: salir y tratar de ascender, las instituciones apoyan porque dan aplazamientos. Buscaremos un bloque competitivo con gente que conozca la LEB”, prosiguieron. La idea es “trabajar en no crear más deuda” y se rondarán los 1,2 millones de presupuesto, aunque gran parte se lo llevará la deuda con Hacienda. La idea es jugar el domingo por la mañana. “Tenemos que quitarnos el problema de la deuda porque es un sinvivir, no hemos sido capaces de alcanzar patrocinios de 300.000 euros como pensábamos”. Prometió que algunos de los trabajadores despedidos serían invitados a volver aunque “la estructura en ACB no la misma en LEB”.
“La situación financiera es difícil”, abrió Mauraza la asamblea informativa. El consejo de administración actual está formado por nueve personas, dos que entraron en mayo de 2014 (Del Campo e Iturbe), tres accedieron dos años más tarde y otros cuatro a finales de 2017. Con cara desencajada y aparente ira, el presidente Koldo Mauraza no quiso replicar las críticas de Gorka Arrinda, anterior propietario y el que ha llevado a la entidad a este barranco. Puso en marcha una batería de cifras para desnudar los argumentos de aquel: cuando dejó el club, en la campaña 2013-14, había 6,3 millones de euros de deuda (seis de ellos a corto plazo); aquel ejercicio arrojó un saldo negativo de 2,3 kilos, que se sumaban a una losa ya existente de 4,3. En el 2014-15 quedó una pérdida de 209.000€, con quitas significativas de 1,1M€. En la 2015-16 al fin se alcanzaron números positivos: 63.000. Y en la 16-17, la última auditada, -36.000. La deuda, sin embargo, no se ha reducido durante esta etapa: hay 5,7 millones, de los cuales 1,4 hay que satisfacer a corto plazo. La mochila principal son los 2,8M€ que se deben a Hacienda, con la que se alcanzó un acuerdo de satisfacerlos en ocho años (hay que pagar 50.000 euros al mes a partir del 28 de julio y se intenta renegociarlo). En ACB había unos ingresos de 3,5 millones sin más ayuda institucional que los 200.000 euros (que no es poco) del Ayuntamiento para el crédito solicitado en 2017.
Los accionistas, socios y aficionados abarrotaron la sala de prensa de Miribilla. Se citaron 200 personas, con el expresidente JJ Davalilo entre ellas y algunos de los empleados despedidos. También el director deportivo, Raúl López. Los asistentes reaccionaron molestos al ver que no se ha reducido nada la gigantesca deuda de Arrinda. En la mesa de exposiciones estaban el presidente Koldo Mauraza, la vicepresidenta Isabel Iturbe, el tesorero Carlos Del Campo y los consejeros Iñigo Cisneros, Isabel Iturbe y Óscar Zabala. “No hemos sido capaces de aumentar los ingresos como preveíamos, pero sí se ha reducido y reordenado la deuda”, admitió Mauraza. En este tiempo se ha duplicado el número de títulos (hasta los 2.021.000) y accionistas. “No conservar la categoría supone una merma de ingresos, lo cual afecta a la viabilidad del club”, admitió el tesorero, Del Campo.
El consejo inició el preconcurso a finales de mayo. Hay cuatro meses para renegociar las deudas con los acreedores; si no se llega a un acuerdo, se entraría en fase concursal. Y si esta no triunfa, se procedería a liquidar el club. “Tenemos algo que ofrecer, en la anterior fase, nada”, remarcó Del Campo. Primero la tabla para salir a flote era un gran patrocinador (Dominion), luego una ampliación de capital, más tarde un crédito de un kilo, ahora es el fondo de descensos. Todo se ha ido quemando. En 2019.... ¿qué será?