NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

FINALES NBA | GOLDEN STATE WARRIORS

Livingston: del riesgo de amputación a las Finales idóneas

El 'guard' de los Warriors no ha fallado ni un tiro en los dos primeros partidos y es uno de los cinco supervivientes del anillo 2015 de los Warriors. Pero en 2007 pudo perder la pierna.

Cleveland
Shaun Livingston anota durante el segundo partido entre los Golden State Warriors y los Cleveland Cavaliers.
Kyle TeradaUSA TODAY Sports

"Tienes que saber que en una jugada todo se puede acabar", dice Shaun Livingston, que en septiembre cumplirá 33 años y que, casi contra cualquier posibilidad, es uno de los 30 jugadores con más temporadas en activo en la actual NBA: 14. Como LeBron James un año antes (El Rey en 2003, él en 2004) llegó a la NBA directamente desde el instituto, un par de años antes de que el convenio colectivo cerrará esa puerta para talentos como él, un cinco estrellas para todos los ojeadores de instituto. Considerado el mejor guard (bases y escoltas) y el segundo mejor jugador de su generación, se comprometió con Duke pero finalmente se fue directamente a la NBA, donde fue número 4 del draft (Los Angeles Clippers).

Pero en una jugada todo se puede acabar. Y esa jugada, que él todavía no ha podido ver en Youtube (donde supera ampliamente los dos millones de visualizaciones) llegó el 26 de febrero de 2007, cuando estaba rompiendo el cascarón (más de 9 puntos y 5 asistencias por partido con 21 años) en su tercera temporada con unos Clippers prometedores. Una mala caída después de un fallo en una bandeja partió literalmente su pierna de una forma grotesca. La rodilla saltó por los aires con todas las lesiones posibles, una amalgama de sangre, hueso y pus. Después de segundos que le parecieron horas, los médicos le advirtieron nada más llegar al hospital de que la amputación era una posibilidad y de que necesitaría meses solo para volver a dar pasos otra vez. Jugar en la NBA de nuevo era algo en lo que por entonces no convenía ni pensar.

Emeka Okafor, Dwight Howard y Shaun Livingston, tras el draft de 2004.
Ampliar
Emeka Okafor, Dwight Howard y Shaun Livingston, tras el draft de 2004.Jennifer PottheiserDIARIO AS

Ahora Livingston es una pieza esencial en el núcleo duro de estos Warriors que son uno de los mejores equipos de la historia, y en los que es uno de los cinco supervivientes del título de 2015 junto a Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green y Andre Iguodala. Acostumbrado a suplir con inteligencia las carencias físicas que dejó su terrible lesión (un jugador distinto a los años de pelo afro y título de Mister Basketball en Illinois), Livingston apenas comete errores y es como una navaja suiza a las órdenes de Steve Kerr. Un reserva multiusos que trabaja a destajo y siempre elige la mejor opción: en los dos primeros partidos de esta final, ha sumado 20 puntos en 33 minutos sin fallar un solo tiro: 9/9 y 2/2 en tiros libres. Reconoce que, en la cuarta Final seguida, ha dejado atrás cualquier atisbo de ansiedad y nervios y está disfrutando más que nunca.

En 2014, después de su mejor año post lesión, se comprometió con los Warriors justo cuando arrancaba la era Steve Kerr, la de los títulos y los récords. Ahora tiene contrato hasta 2020 después de firmar el pasado verano por tres temporadas y 24 millones. Si lo cumple, serán seis años en la Bahía y en un equipo de leyenda, muy lejos de los casi 20 meses de terrible rehabilitación, de casi un año y medio (hasta el verano de 2008) sin poder hacer ningún tipo de entrenamiento relacionado con el baloncesto de equipo. Muy lejos de ocho años sin repetir equipo tratando de resucitar su carrera y poniendo a prueba la rodilla cada noche, con contratos de diez días, despidos y visitas a la Liga de Desarrollo: Heat, Thunder, Wizards, Bobcats, Bucks, Cavaliers y finalmente los Nets 2013-14, la luz al final del túnel (76 partidos, más de 8 puntos de media) y la puerta hacia los Warriors de Steve Kerr y Stephen Curry. Camino de los 33 años y más de once después de una lesión que deformó por completo una pierna que pudo ser amputada. Muy lejos del Mister Basketball que arrasaba en los institutos del área de Chicago pero en realidad, y ya para la historia de la NBA, mucho más que todo eso.

La actuación de Livingston en los dos primeros partidos