El Gran Canaria echa al campeón, irá a la Euroliga y se medirá al Real Madrid

La Euroliga cambia de sede en España para la próxima temporada. De Valencia a Gran Canaria. Los de Casimiro ganaron en La Fonteta (89-92) tras una prórroga y se metieron en semifinales donde ya les espera el Real Madrid. Triste y duro adiós para el campeón. Ante su gente. El año que viene más.

Tras un inicio titubeante, San Emeterio se erigió en protagonista. Lo hacía todo. Reboteaba, servía a Dubljevic para inaugurar el marcador, anotaba tiros libres... Más de dos minutos estuvo Gran Canaria sin anotar. Lo estrenaba Fischer bajo el aro. Premonitorio de lo que vendría. Porque el dominio canario en la pintura fue brutal. Radicevic campaba a sus anchas y Balvin machacó el aro hasta reventarlo. Así los visitantes iban ganando terreno hasta ponerse por delante con un triple y llegar al segundo cuarto con seis de ventaja (14-20).

Los de Casimiro siguieron con acierto desde el perímetro. Justo el que le faltaba a los taronja. Green cortó la mala racha de tres con dos seguidos pero Balvin seguía mandando dentro. Cuando tuvo descanso, Valencia creció. Cuatro puntos de San Eme y un espectacular mate de Thomas casi bailando en la línea de fondo ponían arriba a los locales. El segundo cuarto llegaba a su fin y en el intercambio de triples salieron ganando los de Casimiro con más acierto. Uno arriba al descanso (37-38).

El paso por vestuarios sentó fenomenal a los taronja. Sobre todo a Van Rossom. Cinco puntos seguidos, más dos de San Emeterio, en busca de la reacción. Pero Balvin estaba otra vez en el campo. Y Eriksson, con la muñeca caliente. Así aguantaban los canarios hasta que otra vez San Emeterio tiró del carro. Seis puntos seguidos en otro arreón de garra y clase. La igualdad era máxima en La Fonteta, que rugía con los suyos y contra el rival.

Con cinco arriba Valencia (60-55) se inició el último y definitivo cuarto después de que Doornekamp fusilara de tres sobre la bocina del tercero. El canadiense estaba de dulce y repetía para llevar el contador a la máxima ventaja taronja, 10. En el mejor momento. Rabaseda y Fischer se cargaban de faltas; Balvin y Oliver necesitaban descanso. Y ahí Valencia se veía vencedor. Pero quedaba mucho.

La tensión era evidente. En la grada y en el parqué donde los ánimos se calentaban. La Euroliga bien lo valía. Los canarios acortaban la ventaja. A falta de dos minutos otro triple de Eriksson los ponía a dos (73-71). Con dos tiros más por cada bando corría un minuto más. Y empezaba la cuenta atrás. Aparecía Van Rossom. De tres. Contestaba Mekel. De dos. 30 segundos y el duelo en un ‘ay’. De nuevo Eriksson lo ponía a dos desde el perímetro.

La temporada se reducía a cinco segundos (80-78). Y entraba en juego los tiros libres. San Eme fallaba uno de dos. Mekel, también. Éste sería quien se jugara la última bola. Y con polémica incluida los colegiados pitaron una falta en su entrada sobre la bocina. Otra vez al tiro libre. Para empatar (81-79). No falló. Y de ahí, a la prórroga.

Máxima presión. Todo a una carta. De los cinco minutos, dos pasaron solo con tres tiros libres taronja. Aguilar y Rabaseda le daban la vuelta. Pero ahí estaba otra vez San Emeterio. Dos más uno clave para reaccionar. La historia se repetía. A un minuto y uno de ventaja Valencia. Eriksson ametrallaba de tres. Oliver no fallaba en tiros libres. Tres arriba Granca (89-92). Ocho segundos. Bola Valencia. Y doble ocasión. Rafa, no va. Van Rossom, no va. Y Herbalife, a semis.