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BILBAO BASKET

La ACB pierde con Bilbao la cuarta cancha con más público

Reúne cada jornada a 8.700 espectadores. Sólo el Buesa, WiZink Center y Coliseum Burgos le superan en ocupación. El descenso del club de Miribilla cierra 14 años en la élite. El alcalde: "Quiero un club de baloncesto en Bilbao".

Miribilla, repleto

Con el descenso a la LEB del Bilbao Basket, materializado el pasado domingo tras el partido ante el Baskonia, la ciudad del Guggenheim se queda de nuevo sin un referente en la élite. A la espera de si puede materializar la permanencia en los despachos vía renuncia del segundo clasificado extraído de los playoffs de ascenso en la LEB o de si finalmente acaba por desaparecer, la máxima categoría del baloncesto nacional pierde la cuarta cancha con más público, que no es broma.

El club de Miribilla se ha marcado un plazo para reordenar la situación. Esta tarde hay una reunión del Consejo de Administración para analizar los pasos que se deben ir dando. reuniones con la ACB, acreedores y posibles apoyos en esta travesía. Como siempre, la clave está en manos de las ayudas públicas. "Quiero un club de baloncesto en Bilbao, lo apoyo firmemente, es un gran activo de la ciudad", ha soltado el alcalde de la capital vizcaína, Juan Mari Aburto, en ETB. En lo que va de año solo se ha pagado una nómina, hay unos cuantos jugadores con contrato en vigor (Tomàs, Redivo, Tabu, Todorovic y Rebic), aunque las rescisiones son asequibles, y a la deuda ya existente (por encima de los cuatro millones) se va a generar otro kilo. "Siempre intentas agarrarte a la última alternativa porque tenemos una responsabilidad con el baloncesto vizcaíno. La historia en la ACB dice que no todo tiene que lograrse en el plano deportivo", remarcó ayer el director general del Bilbao Basket, Diego Sáenz. la opción de los despachos se va a intentar activar pero lo que más preocupa ahora es salir del pozo económico. Otro verano de agonía.

Miribilla este año no ha estado al nivel de decibelios de otras temporadas. En Europa, por aquello de jugarse entre semana y a horas tardías, la asistencia ha bajado. Pero en la Liga la gente no ha dejado de responder (a Santiago viajaron 200 valientes hace una semana). Cada semana suben al pabellón verde y amarillo 8.700 espectadores, muy por encima de la media de la segunda liga más importante del planeta (6.300). Sólo le superan Vitoria (9.800), Real Madrid (9.200) y el novato Burgos (9.000). El Estudiantes, que roza los 8.000 por matinal, es el siguiente. El recinto vizcaíno, envidia de muchos que lo pisan, es el más joven de la ACB tras el Gran Canaria Arena, éste con un aforo calcado para cerca de 10.000 almas aunque anda en una afluencia media de 6.000.

Crónica de una muerte anunciada

El del RETAbet Bilbao Basket, consumado matemáticamente tras caer el domingo ante el Kirolbet Baskonia en Miribilla, es un descenso inesperado de un equipo no solo asentado en la elite desde su ascenso a la ACB en 2004 sino destacado y con vitola europea en la última década. Pocos podían imaginar a principios de temporada que un equipo habitual candidato a las eliminatorias por el título y regularmente con billete europeo acabase perdiendo una categoría a la que accedió hace catorce años en uno de los mejores momentos de la historia del baloncesto en Bilbao y en Bizkaia. Ni tampoco el 27 de noviembre cuando sus dirigentes decidieron cesar a Carles Durán con un flojo balance de 4 victorias y 11 derrotas, afeado  por un penoso 1-5 en la Eurocopa. Pero en la Liga Endesa 'los hombres de negro' no competían mal e incluso llevaban dos victorias a domicilio, en Sevilla y San Sebastián, con las que equilibrar el paso por Miribilla del Real Madrid, FC Barcelona y el campeón Valencia. Solo al Barça le resultó cómodo el triunfo logrado. Que el curso iba a ser doloroso en Bilao lo adelantó precisamente el debut de Mrsic en el banquillo, un demoledor 62-78 en el Bilbao Arena ante un recién ascendido, y por entonces claro candidato al descenso, San Pablo Burgos que empezaba a cogerle el pulso a la ACB. A partir de ahí, y pronto eliminado de una Eurocup que le suponía más un estorbo que una motivación, seis meses de agonía continua con alguna victoria esporádica para seguir viendo a los casi desahuciados Betis y Joventut como seguros salvavidas. Pues no. El Betis también acabó descendido, pero tras competir casi todos los partidos, y el Joventut reaccionó y se ve salvado a dos jornadas del final cuando no hace mucho -hace nueve jornadas- su desventaja con el RETAbet Bilbao era de tres partidos y el average los 25 puntos por los que había caído en Miribilla. Las cosas ya se le complicaron definitivamente al conjunto bilbaíno en la jornada 28 con una vergonzosa derrota por 28 puntos contra una Penya lanzada y que empezaba a contar sus partidos por victorias. Otra derrota anterior cuatro jornadas antes en Zaragoza, por 20 puntos y sin ninguna opción de triunfo, también había dejado tocado a un equipo a partir de entonces casi en caída libre y que se vio obligado a un segundo relevo en el banquillo que ya llegó tarde. Con el brillante exjugador Jaka Lakovic en el banquillo, los de negro mejoraron mucho y fueron capaces de competir hasta el final en Santiago y ante el Baskonia en dos citas al límite, pero triples finales rivales en los últimos segundos dejaron en nada la mejoría. Y con ello castigaron a un club bilbaíno al no le ha salido nada en un curso, eso sí, marcado por las dificultades económicas ya arrastradas desde hace años. Desde el desencuentro del anterior propietario, Gorka Arrinda, con las instituciones que derivó en la marcha de la entidad en 2014 del empresario portugalujo. De hecho esta mala campaña no ha sido sino una continuidad en la trayectoria a la baja desde entonces, si bien las aspiraciones bilbaínas siempre eran las de entrar en las eliminatorias por el título y en competición europea. Ya había quedado atrás la época dorada del club, en la que logró un subcampeonato de liga en 2010-2011; llegó en 2011-2012 a cuartos de final de la Euroliga, forzando un cuarto partido al CSKA de Moscú; y alcanzó en 2012-2013 la final de la Eurocup, en la que cayó en Charleroi (Bélgica) contra el Lokomotiv Kuban ruso. De aquellos tiempos apenas si quedan los nombres de jugadores que hicieron posibles los éxitos pero ya acabando sus carreras. Alex Mumbrú se retirará en diez días, Axel Hervelle no ha tenido un buen año y Raúl López es uno de los señalados del curso como responsable de la faceta deportiva. Aunque ya entonces en los últimos éxitos empezaban a aflorar los problemas económicos que estallaron en 2014, cuando solo el hecho de que quedase un número impar de equipos en la Liga Endesa le permitió no descender tras no cumplir las exigencias económicas de la ACB. Pero lo que menos le ha funcionado esta temporada al Bilbao Basket ha sido la confección de la plantilla y los diferentes relevos a la que la ha sometido, que siempre la empeoraron. Ni los veteranos Mumbrú (38 años) y Hervelle (35) son el soporte de años anteriores, ni Jonathan Tabu el jugador decisivo que se esperaba cuando fue contratado hace ya dos años. Los americanos Mickel Gladness, Devin Thomas y Shane Hammink no elevan el nivel del grupo y los jóvenes Dejan Todorovic y Lucio Redivo no están aún preparados para un liderazgo anotador muy complicado en la ACB. Eso sin recordar apuestas fallidas como las de Jameel McKay, Tim Kempton o el brasileño Ricardo Fischer. Javi Salgado (37) se ve obligado a un protagonismo para el que no fue llamado en su retorno, Borja Mendia ni es utilizado, el joven Vasilije Vicetic dejó de contar con Mrsic y la gente todavía se pregunta para qué llegaron en su día Ben Bentil y Nikola Rebic, este pronto calificado por Mrsic como "una apuesta de futuro". Futuro es justo lo que no tiene asegurado un Bilbao Basket que deberá esperar ahora a los ascensos a la Liga Endesa para ver qué equipos pueden acometerlos y la posibilidad de seguir en la elite. Aunque en todos los casos deberá solucionar una situación económica más que complicada y que no permite asegurar que continuará en competición. Un aval para solucionar sus problemas son los 10.000 componentes de la 'marea negra' que acuden regularmente a Miribilla y que esta temporada con final cruel están dando una lección de lo que es simbiosis entre una afición y su equipo.