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NBA | PLAYOFFS 2018

La recuperación milagrosa de LeBron: cura de sueño, ventosas...

El alero de los Cavs, además, ha asegurado que es el jugador que es hoy en día, gracias al entrenador de los Raptors, Dwane Casey.

La recuperación milagrosa de LeBron: cura de sueño, ventosas...
Vaughn RidleyAFP

Antes de su exhibición antológica en Toronto (una más), que manda la serie a Ohio con 0-2 para sus Cavs y agrava el evidentemente sentimiento de inferioridad de los Raptors ante el mejor jugador del mundo, LeBron James estaba completamente exhausto. Había jugado ya ocho partidos, con 335 minutos. 38 más que en el mismo número de encuentros en los playoffs 2017, cuando ocho partidos le tenían en la final del Este con un doble 4-0. Esta vez, necesitó siete para eliminar a los Pacers y una prórroga para ganar el primero en Canadá. En total, casi 42 minutos de media, solo un partido por debajo de 40 y un esfuerzo increíble el martes poco más de 48 horas después de acabar con calambres en el duelo decisivo ante los Pacers.

Visiblemente cansado, Lebron se las apañó para jugar más de 47 minutos en el primer partido ante los Raptors. Solo dos días después acabó con 43 puntos, 8 rebotes y 14 asistencias el segundo, en el que se abrió una brecha que ya muy poca gente cree que se pueda cerrar. El periodista Briand Windhorst, de ESPN, siempre con buenas fuentes en el entorno de LeBron, ha contado cómo fue la recuperación milagrosa de un jugador reconocido por el milimétrico (y muy caro) cuidado al que somete a su cuerpo. LeBron, para empezar, se acostó antes de la diez de la noche, cuando todavía no había terminado el segundo partido entre Rockets y Jazz. Durmió nueve horas, algo rarísimo para él en playoffs, y dedicó todo el tiempo que estuvo despierto a poner a punto su maltrecho físico.

Para hacerlo, recurrió a la terapia con ventosas que hacía tiempo que no necesitaba y que ya usaron en primera ronda Russell Westbrook y James Harden. Con la recuperación e hidratación llegaron los resultados, casi milagrosos: en la plantilla de los Cavs aseguraron que nunca le habían visto tan agotado como en los días anteriores. Pero se sintieron mucho más tranquilos cuando le vieron llegar, muy recuperado, a la sesión de tiro previa al partido. Allí ensayó el lanzamiento a media distancia con el que después torturó (9/13 en esos tiros) a los Raptors.

Entre las victorias de su equipo y el desmoronamiento de los Raptors, han pasado más bien inadvertidas unas declaraciones del propio LeBron antes del segundo partido en las que aseguraba que Dwane Casey, ahora entrenador en Toronto, ha sido un personaje clave en su crecimiento como jugador: “En las Finales de 2011 que perdimos con los Mavericks no era un jugador completo, no era el jugador que soy ahora. Si soy lo que soy ahora es en parte gracias a Dwane Casey”. El entrenador era por entonces asistente de los Mavericks de Rick Carlisle, y fue el encargado de crear la maraña defensiva con la que los texanos sorprendieron (2-4) a los Heat que estrenaban big three (LeBron, Dwyane Wade y Chris Bosh). LeBron apenas promedió 17,8 puntos por partido en aquellas Finales, las primeras de siete seguidas (por ahora) y la antesala de su primer anillo, en 2012 ante los Thunder.