Boston tiene siete vidas: 2-0 tras remontar 22 puntos en el Garden
Gigante Tatum, que lideró a los Celtics con 21 puntos. Incansable Smart y clave, otra vez, Rozier. Además volvió Jaylen Brown.
Otra bala que salva Brad Stevens. Hace tiempo que perdí la cuenta. Pero ahí siguen, intactas, las siete vidas de un equipo que merece, como su entrenador, una estatua. Los Celtics colocaron ayer un 2-0 improbable en un partido que fueron perdiendo por 22 puntos y que remontaron a base de energía, de defensa y de adrenalina. Y de madura y bendita juventud.
Los primeros 20 minutos fueron todo Sixers. Y no unos Sixers cualquiera, sino los que ganan cómodos a 120 puntos por ritmo, transiciones rebote y espacios. Pero con el equipo contra las cuerdas y el 1-1 a la vista, apareció un factor determinante: la magia del Garden.
La clave estuvo en el final del segundo cuarto. En solo cuatro minutos, los verdes convirtieron un -20 en -5, dejando a los Sixers en tres puntos, corriendo más que ellos y aplastando con contundencia cada duda en la transición rival. Así fue el segundo cuarto, así se decidió el partido y así vivió Ben Simmons un duelo para el que, por primera vez, no pareció preparado... El novato de los Sixers no anotó una sola canasta ante una defensa que le cierra sus habituales caminos al aro. Topó una y otra vez, falló cuatro lanzamientos, anotó un solo punto y perdió cinco balones... Playoffs, Boston, TD Garden. No ha visto una cosa así en su vida, claro.
Ese tramo del segundo cuarto cambió el partido y se extendió hasta un 50-20 de parcial bien entrada la segunda mitad. Jaylen Brown volvió y dejó un par de mates tremendos (parece recuperado...), Tatum fue la gran estrella (21 puntos y los libres decisivos), Horford picó aquí y allá (+21 en cancha) y el partido volvió a quedar en manos de Smart (19) y, sobre todo, de Terry Rozier (20+9+7 y cuatro triples más). El jugador de moda en Boston. El rostro verde de estos playoffs.
2-0 camino de Philadelphia, un resultado que jamás han dejado escapar. Viajan con las siete vidas, Simmons controlado y la moral comida. Sin Hayward, sin Kyrie Irving... Que no se nos olvide de dónde vienen estos Celtics, que por mucho que repitamos sus males estos no han desaparecido. Son testigos de su increíble campaña. Testigos de la obra maestra de Brad Stevens.