El retorno de Joel Embiid fue demasiado para los Heat

A Joel Embiid se le notó incómodo con su máscara. Se le movió de manera extraña más de una vez. Justise Winslow incluso cayó sobre ella (¿intencionadamente?) una vez. El pivot, incluso, falló sus primeros cinco tiros del partido. Pero el sexto lo metió. Lo metió y se llevó el dedo índice de su mano derecha a los labios. Ordenó callar y puso a su equipo 2-1 arriba en la eliminatoria de primera ronda de los playoffs de la NBA ante los Miami Heat.

Ganaron los Sixers 128 a 108 en Miami por la presencia de Embiid, de profesión All Star. El jugador había estado ausente en los dos primeros encuentros de la eliminatoria, sumando esos partidos a los que se perdió al final de la temporada regular. Él mismo subrayó que estaba harto de que le cuidaran y que quería jugar ya. Horas antes del duelo pasó de "descartado" a "dudoso", lo que ya era una pista suficientemente aterradora para los muchachos de Spoelstra, entrenador de los Heat. A la hora de la verdad fue de la partida.

El resultado final se explica por lo que sucedió en el cuarto periodo. En él, los Sixers pusieron un parcial de 32-14 que sentenció lo que era una noche igualada. Embiid protagonizó una racha de siete puntos consecutivos y elevó su anotación final a 23 puntos.

Fue su presencia, no obstante, aún más importante que sus números. Con él en cancha desapareció por completo Hassan Whiteside, pivot titular de los Heat. Apenas si metió una canasta y anduvo en problemas de faltas durante los cuarenta y ocho minutos de tiempo reglamentario. Embiid le destrozó.

Los Sixers se adaptaron muy bien al retorno de Embiid. Si ganaron el primer encuentro corriendo y pasando por encima de los Heat por puro ritmo, la presencia del pivot les obliga a bajar las revoluciones. En ambos casos, salieron ganando. Los tiradores, con Bellinelli a la cabeza, martillearon desde larga distancia al punto de anotar 18 triples con más de un 50% de acierto. Con esos números no van a perder esta eliminatoria.

No fueron los Heat un rival acomplejado ante la superioridad física de sus rivales. Al contrario. Aunque el marcador hable de un final desequilibrado, hasta el tercer cuarto el partido fue una batalla callejera. Y de las broncas. Tres técnicas, decenas de faltas personales, malos modos, gritos, peleas, miradas de odio y sangre caliente en ambos lados de la pista.

Dwayne Wade, tras un soberbio segundo partido, volvió a su nivel habitual de señor mayor de 36 años. Sus porcentajes, dos de diez tiros intentados, lastraron al equipo. De hecho, su primera canasta se produjo alcanzando ya el final del tercer periodo del partido.

El cuarto encuentro se jugará el sábado a las 20:30 de la tarde, horario peninsular español. Los Miami heat estarán obligados a vencer. Y lo tendrán francamente complicado si Joel Embiid vuelve a demostrar que es un All Star absoluto de la NBA,