Sylven Landesberg: el soldado de las cinco nacionalidades
El alero de Movistar Estudiantes realizó una actuación sobrehumana en la victoria del Palau sobre el Barcelona: 48 puntos y 52 de valoración.
Cuando Edwin Jackson cogió el avión rumbo a China este verano, el sentimiento en el seno de la familia estudiantil era que sería imposible reclutar otro asesino como él. El escolta francés se marchó del Movistar Estudiantes con la máxima anotación (21,4) y valoración en la Liga Endesa (21,8). Desde Rickie Winslow en el curso 1991-92 nadie había promediado tantos puntos en era ACB para los colegiales. El hueco que dejaba era enorme... hasta que el 1 de agosto se anunció el fichaje de Sylven Landesberg por una temporada desde el Maccabi Tel Aviv. Con el equipo israelí ganó la Euroliga de 2013-14 contra el Real Madrid en Milán, aunque con un papel testimonial.
"Es un jugador con muchas posibilidades ofensivas. Destaca su tiro exterior y contraataque. Su experiencia al mejor nivel también será una ayuda importante a la hora de equilibrar el equipo". Así definía Willy Villar, director deportivo colegial, a este alero que tiene cinco nacionalidades en su ADN y un pasado marcado por la supervivencia: sus abuelos paternos, de origen judío autriaco y polaco, escaparon del Holocausto nazi, mientras que su madre, descendiente de esclavos, llegó a Estados Unidos desde Trinidad y Tobago a los 17 años. Su padre era de Nueva York ("el típico judío de ahí", comentó en Clubbers).
Él nació con toda esa herencia en el barrio neoyorquino de Queens, en una ciudad liberal que chocó con el ambiente de Charlottesville, donde cursó sus estudios universitarios y donde fue suspendido por faltar demasiado a clase. Las banderas confederadas en los porches y en los coches coloreaban esa localidad de Virginia que saltó a la primera plana internacional por los disturbios ocasionados este verano por ultranacionalistas y supremacistas blancos. "Todo viene de la ignorancia, que lleva a la gente a odiar", decía el máximo anotador de la Liga Endesa (21,2) que este domingo asombró a Europa con sus 48 puntos en el asalto estudiantil al Palau Blaugrana. Es la máxima anotación en la ACB desde 1994, la segunda en la historia estudiantil tras los 50 de David Russell (1984) y José Luis Sagi-Vela (1969).
Su papel fue magnífico: 7 de 11 de dos, 8 de 11 triple y 10 de 11 desde la personal, 5 rebotes, 3 asistencias y 9 faltas recibidas en 35 minutos. Alcanzó los 52 créditos de valoración, la más alta en el campeonato español desde 2006, para su segundo galardón como Jugador de la Jornada en España. Y todo ello, con un estilo de juego completamente opuesto al de su antecesor en el cargo, Edwin Jackson. El francés era grácil, bailaba con calma sobre la pista, se suspendía en el aire durante una eternidad que eran simplemente segundos. El estadounidense es más duro. Es un pin ball humano al que le gusta chocar con todo y que lo resiste todo. Casi imparable en la penetración. Su uno contra uno es una maravilla que se complementa a la perfección con una mecánica de lanzamiento poco ortodoxa: brazos muy estirados al aire para cargar y tirar.
"Me ha sorprendido. No solo por su talento, que lo vi en Euroliga, sino como persona. Me ha parecido un tío de p... madre, hablando claro. Y cercano, sobre todo", dijo Edgar Vicedo a As sobre un compañero que siempre tiene una sonrisa de oreja a oreja dibujada en la cara y que aterrizó en Madrid, en gran medida, gracias a Nik Caner-Medley. El ala-pívot estadounidense, apasionado del club colegial desde su primera etapa, fue fundamental para que Landesberg decidiese jugar en el Estudiantes. Ambos coincidieron en el Maccabi, en una época en el que el alero hizo el servicio militar en el país hebreo, obligatorio para todos los israelíes con doble nacionalidad. Ahora solo cabe preguntarse cuánto durará en el Estudiantes: hace pocas semanas firmó con Misko Raznatovic, el agente de... Edwin Jackson.