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REAL MADRID-ESTUDIANTES

Edgar Vicedo: "Durante un mes y medio lancé 12.000 veces"

A los 23 años, el canterano del Estu afronta el derbi ante el Madrid en su mejor momento: "Gracias a mi abuelo estoy en el Estudiantes".

Edgar Vicedo: "Durante un mes y medio lancé 12.000 veces"
JESUS RUBIODIARIO AS

¿Qué balance hace Edgar Vicedo de este 2017?

Bastante bueno. Si miró hacia atrás, desde enero, crecí como jugador y di un salto hacia adelante.

Desde cadete del Movistar Estudiantes hasta el primer equipo, ¿cómo de duro ha sido el camino?

Mucho. La mayoría de la gente solo ve el domingo, el día del partido, pero al final han sido muchas horas, muchos veranos, muchos viajes que no pude hacer con gente que quiero y aprecio, con la familia y los amigos... tuve que dejar al margen eso para centrarme en algo que quería: llegar a la ACB. Había que sacrificar algunas cosas. Pero ahora el balance es positivo.

Dicen que su principal virtud es la constancia en el trabajo.

Sí, por supuesto. Desde pequeño, en cualquier deporte que he practicado siempre he trabajado. Me gusta hacerlo. En casa he tenido la figura de mi padre y de mi madre que me inculcaron que con trabajo y constancia, más pronto que tarde las cosas salen. Esa es mi filosofía diaria.

Su padre es Benjamín Vicedo, exinternacional de voleibol con la Selección española.

Fue olímpico en Barcelona 92 y todos los consejos que me da, los cojo al máximo. Es una suerte tener a alguien de su nivel, por lo que consiguió, por lo que jugó...

Y con esos antecedentes, ¿por qué baloncesto y no voleibol?

Lo practiqué... pero duré poco. Unas dos o tres semanas. Mi padre me llevó a Palencia con la Selección a practicar y no me gustó, me faltaba algo. Al final decidí dar el cambio. Tampoco tuve ningún problema de pequeño y mis padres siempre me dejaban hacer lo que quisiera: fútbol, balonmano... Lo último fue el baloncesto gracias a mi abuelo. Fue él quien hizo que acabara en el Estudiantes.

¿Cómo influyó?

Jugaba al fútbol y me dijo 'esto no es lo tuyo, vamos a buscar otra cosa'. Estuve en Colmenar dos meses y dio la casualidad que me apuntó al Estudiantes. El mismo día de las pruebas, me compré las zapatillas, un pantalón corto y a la aventura. Gracias a él, ahora mismo estoy donde estoy.

En todo este largo camino hasta la Liga Endesa, ¿hubo algún momento en el que pensó que no llegaría?

Sí, sí, por supuesto. En la época de júnior de segundo año y luego en mi curso en LEB con el Huesca tuve muchas dudas e incertidumbre porque trabajaba y los resultados no llegaban. Lo hicieron un poco más tarde. Ahora que estoy bien, me fijo en esas épocas para no relajarme.

Tiene 23 años y, junto a Brizuela, es el jugador con más temporadas en el Estudiantes con seis, ¿se siente un veterano dentro del vestuario?

No tanto (ríe). Jaime (Fernández) tenía más pinta de 'joven-veterano'. En alguna ocasión si que me he metido en cosillas del vestuario porque soy de la casa. Estoy en un lugar intermedio.

¿Quién es su tutor en el equipo?

Lo que hago es preguntar mucho, y durante todos estos años he tenido la suerte de encontrarme con compañeros que siempre me han ayudado. Desde mi primer año con Tariq Kirksay, Carl English, Jayson Granger... hasta hoy. Ahora tengo la fortuna de estar con Sylven Landesberg, compañero y 'rival' en mi posición, que me ayuda con todas mis dudas. Con Sitapha Savané igual. O Goran Suton y Omar Cook, gente con mucha experiencia en la Liga. Cojo de ellos todo lo que me sea posible.

¿Le ha sorprendido el nivel de Landesberg?

Sí. No solo por su talento, que lo vi en Euroliga, sino como persona. Me ha parecido un tío de p... madre, hablando claro. Y cercano, sobre todo.

Sin aparecer en ninguna quiniela, se coló en la convocatoria de la Selección para la primera Ventana. ¿Le sorprendió la llamada?

Me alegró, me motivo. Vale, se dieron una serie de circunstancias, pero conseguí algo que veía lejos y tuve la oportunidad de disfrutarlo.

¿Cómo calificaría esa experiencia?

Disfruté como un niño pequeño, fue como estar en una burbuja.

Si ustedes clasifican a la Selección, es muy poco probable que acudan al Mundial de China 2019...

Hay que ser realistas. Al final hay jugadores que no pudieron venir por las circunstancias que se dieron, pero estarán en situaciones normales. Pero bueno, cuando llegue el Mundial estaré en casa y diré 'puse mi granito de arena para que ellos estén allí'.

Centrándonos en esta temporada, ¿por qué hay dos Estudiante en un mismo partido?

(Ríe). ¡Es el Estudiantes! En todos los años que he estado aquí, con diferentes jugadores y entrenadores ha sido así, es la esencia del club. Tratamos de regularlo en la medida de lo posible, pero hay días que va mejor y otros que va peor.

También se habla mucho del triple: con el partido frente al Joventut de la primera jornada aplazado, son el segundo equipo que más triples intenta con 371, a solo siete del San Pablo Burgos.

Es nuestra filosofía. Es lo que el entrenador cree y vamos a muerte con él. Hay que respetar eso.

¿Puede que el problema con el triple no sea la cantidad, sino la calidad de esos lanzamientos?

Por supuesto. Maldonado nos lo dice. Quiere buenos tiros: con los pies en el suelo, bien posicionados. También hay situaciones durante los partidos que no lo permiten, pero intentamos que la mayoría de lanzamientos sean de esa forma.

Usted en ese apartado ha mejorado con los años, incluso tuvo que cambiar la mecánica.

Lo tuve que hacer porque no veía el aro (ríe). En el verano de la Sub-17, que tenía libre con la Selección, me puse a tirar e hice 12.000 tiros en mes y medio. Eran dos horas y media de técnica individual y dos de lanzamiento. Solo, con un entrenador y con un chico reboteando. Sabía que tenía que hacer eso, no iba a tocarme nadie con una varita y lo iba a cambiar. Al final lleva años y poquito a poco han llegado los resultados y me siento más fiable. Eso la gente no lo ve. Semana tras semana, lanzando 500 tiros parado hasta que coges mecánica.

¿Cómo es su relación con Maldonado?

Es buena y fluida. Me parece un tipo normal con el que se puede hablar de cualquier cosa. Genial con él.

Llega el derbi contra el Real Madrid, ¿es siempre especial?

Sí. Mire como está el Magariños (señala dos pancartas puestas por la Demencia). Es el partido en el que no puedes no tener ganas. No puedes llegar perezoso, sean las seis de la tarde o las once de la noche.

A pesar de las múltiples lesiones, el Madrid no ha bajado el ritmo. ¿Le sorprende?

Para nada. Es un equipo que tiene un presupuesto y una calidad de jugadores muy elevados. Hay que aceptarlo. No podemos ir con la idea de que falta uno u otro: los que están, están y ya está. Para ganar al Madrid hay que dejarlo todo durante lo cuarenta minutos. Estar concentrado, no bajar los brazos y con una intensidad mental muy alta. Sabemos lo exigente, pero también lo emocionante que es el partido

El que sí va a estar es Doncic, ¿le ve como número uno del próximo draft?

Creo que sí. Su rival en su posición compite contra jugadores de entre 18 y 23 años, y él está haciendo cosas muy grandes contra rivales muy expertos y veteranos tanto en Euroliga como en ACB. Yo no tendría duda, es un talento nato.

Finaliza contrato este verano, ¿cómo ve su futuro?

No sé nada. Eso es cosa de mi agente y del club. Lo que quiero ahora es estar centrado en la Liga, disfrutar cada día, de cada entrenamiento y cuando llegue ese día, ya se verá.

Pero, ¿le haría ilusión seguir en el Estudiantes?

Sí, al final es mi casa. Me gustaría continuar con gente como Darío Brizuela, Víctor Arteaga...

¿Cuál es su deseo para 2018?

Crecer como jugador.