"Vamos a salir a ganar, mis jugadores no son conformistas ni ante uno de los mejores equipos de Europa. Nuestro trabajo es hacer feliz a nuestra afición”, es la valiente declaración de intenciones del griego Fotis ­Katsikaris, entrenador del Iberostar Tenerife, un clásico ya en los banquillos españoles. “Notamos la presión necesaria de una semifinal. Es bueno tener mariposas en el estómago”. El contraste en el recorrido copero de los dos equipos resulta brutal: el Iberostar viene de celebrar el primer triunfo de su historia (“que nos quiten lo bailao”, dice Fran Vázquez), mientras que el Madrid de Laso suma 16 victorias en 17 partidos, las últimas trece seguidas.
Campazzo, el héroe en cuartos, explica el secreto blanco bajo el sol abrasador: “Somos solidarios y en los momentos críticos le damos el balón al jugador que está más caliente. Luego, lo que no se negocia nunca es la intensidad ni la actitud”.

Nos aguarda un duelo entre el mejor ataque de la ACB, el del Madrid (91,8 puntos), y la defensa que menos encaja a la par con la del Unicaja, la del Iberostar (75,5). El domingo pasado se cruzaron en Liga con muchas bajas y poca historia: 89-76 para el Real. Laso se plantea dar de alta a Ayón. Tiene hasta las 14:00 horas de hoy. Su inscripción, después de tres meses y medio lesionado, supondría la baja de Randle (el otro extracomunitario es Thompkins). “Está bien, decidiremos a última hora”, apunta Laso.

El técnico vitoriano explica lo bien que se desenvuelve su equipo en el alambre copero: “Desde la primera final que ganamos hace siete años en Barcelona, siempre hemos tenido espíritu competitivo”. Y valora así el potencial del rival: “Ponitka es muy hábil en campo abierto y en situaciones de uno contra uno, un referente; Abromaitis y Allen abren mucho el campo con su tiro y Tobey y Fran Vázquez están a buen nivel. Un equipo muy completo”. A ­Katsikaris le inquieta “el fondo de armario blanco, su talento y su físico”. Y le inquieta Campazzo, al que dirigió en Murcia: “Llega en una forma espectacular”. Pura Copa.