LOS ANGELES LAKERS 93-SAN ANTONIO SPURS 81

Lonzo Ball e Ingram bailan ante los Spurs y los Lakers sonríen

El equipo angelino rompió una racha de siete derrotas seguidas ante San Antonio en el Staples. Pau Gasol, discreto con nueve puntos y doce rebotes.

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Lonzo Ball, base de Los Angeles Lakers, saluda a Caldwell-Pope, durante el partido contra San Antonio Spurs.
Harry How AFP

A los Lakers se les dibujó una sonrisa al acabar el partido contra los San Antonio Spurs. El equipo angelino ganó (93-81) con un gran sprint en los últimos minutos y puso punto final a una maldición de siete derrotas seguidas frente a los texanos en el Staples Center. Mucho tiempo desde ese 14 de abril de 2013 con Howard y Gasol de pareja interior. Un lapso en el que ha pasado de todo en Los Ángeles. Casi todo malo, pero la luz al final del túnel es cada vez más intensa. Con Lonzo Ball, Brandon Ingram y ese resto de jóvenes obsesionados en demostrar algo frente los grandes tótems de la NBA, el futuro parece brillante para los Lakers.

Aunque hay que esperar para ver si se cumplen los mejores pronósticos o no, el equipo de Luke Walton da ciertas alegrías a sus aficionados. A cuentagotas, pero las da. Por el momento, ya llevaban más de la mitad (14-27) de las victorias acumuladas la campaña pasada (26-56). Y lo consiguieron frente a unos Spurs sin Parker (tobillo) ni Kawhi Leonard (hombro) ni Gay (ingle). Sin ellos, todo es más difícil. Aunque LaMarcus Aldridge llegue a los 20 y Forbes, a los 18. Pau, que volvía de nueva a la casa en la que conquistó dos anillos (y entre comentarios sobre si debería retirarse o no su camiseta), se quedó en 9 tantos y 12 rebotes (líder del partido). Es más complejo por el impulso de la juventud que tienes enfrente. Es más difícil porque Lonzo Ball ha aprendido a abstraerse del ruido externo (su padre y tal) y los resultados se ven: descerrajó tres triples en la primera parte sin fallo para un 4 de 7 al final y 18 puntos con un 64% de acierto, la marca más alta de su carrera. Además, el base añadió 10 capturas, 6 asistencias y 4 robos. Sus medias se disparan a 10,2+7,1+7,1. Oscar Robertson (1960), Magic Johnson (1979-80), Ben Simmons y él son los únicos con esos promedios o más de siempre en su año de rookie (Alberto de Roa).

Ingram y el parcial 13-0

Nada mal si a todo eso le sumas la mejor versión de Brandon Ingram. Frente a los texanos fue el máximo anotador global (26) y estuvo involucrado en esos cinco minutos finales del último cuarto que dieron el triunfo a los Lakers. San Antonio murió en 300 segundos acumulando pérdidas (7 de sus 20 llegaron en el periodo final) y sufriendo un parcial 13-0 (90-75) con contraataques angelinos precisos y brutales mates y tapones de Larry Nance Jr. Una alegría para Magic y su proyecto. Veremos cuál es el próximo episodio de un conjuntó que sumó su tercera victoria consecutiva, su mejor racha este curso.