SPAR CITYLIFT GIRONA-MOVISTAR ESTUDIANTES
Conde: "Si el baloncesto no te divierte, no tiene sentido"
La alero del Spar Citylift Girona juega hoy contra el Movistar Estudiantes (18:00, Canal FEB), el equipo que la vio crecer desde los 10 hasta los 18 años.
"Tengo muchos recuerdos del Estudiantes. Desde los entrenamientos específicos con Ángel Goñi hasta pasar por las distintas categorías. Empezar en la escuela, entrar en la cantera, la primera vez que subí a entrenar con el equipo sénior... y de ahí, a los campeonatos de España, que me permitieron estar con la selección de Madrid y en las categorías inferiores de la Selección. El Estu me ha hecho crecer desde cero, literalmente". Así rememora María Conde su pasado colegial desde Girona, su nuevo hogar. También, el escenario donde las colegiales buscarán esta tarde (18:00, Canal FEB) su primera victoria de la temporada tras catorce jornadas ligueras, un cambio de entrenador y ya tres bajas después de la desvinculación esta semana de la checa Michaela Stejskalova por motivos personales. Una situación límite que pondrá a prueba el equipo de Eric Surís, uno de los grandes del campeonato, y esta antigua alumna del Ramiro. "Siempre es especial jugar contra el Estu. Ya lo fue el primer encuentro de ida allí, en la pista en la que he entrenado ni se sabe la de veces. Es emocionante", continúa esta madrileña que dentro de una semana cumplirá los 21 años.
Una corta edad que hace aún más impresionante su hoja de servicios: seis medallas con España en cinco años, dos de ellas en este último periodo estival de ensueño en el que se colgó al cuello el oro en el Eurobasket de la República Checa con la Absoluta. "Tras el primer año que jugué, no me imaginaba un segundo", comenta entre risas sobre el avance de su carrera. "Ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado un verano como el pasado, como han ido sucediendo las cosas. Ojalá siga así". Pero como toda buena historia, por detrás, a la sombra, existe un largo camino de trabajo en el que la pelota naranja se impuso a la de fútbol. Se inició a los 10 años vestida de azul, pasó por la Liga Femenina 2 y dio un salto inmenso a Florida State a los 18, a pesar de los cantos de sirena de Georgia Tech y Rutgers, antes de aterrizar en la ciudad catalana.
"He madurado mucho desde mi salida del Estudiantes. Al final creces con las experiencias que vives. Irme a Estados Unidos me cambió mucho, me ayudó a crecer y no solo como jugadora, sino también como persona. Marcharte fuera de casa y acumular una serie de experiencias sola, sin compartirlas con la gente que normalmente tienes a tu lado, te hace madurar antes de tiempo", dice esta madrileña con Imagine Dragons en sus cascos y a la espera de la última temporada de Juego de Tronos. "Ahora, la situación es un poco más fácil, mis padres están cerca, vienen a ver todos los partidos que pueden...".
Dos años en Florida State
La adaptación y la lejanía fueron los dos grandes muros que tuvo que escalar en Estados Unidos esta alero de 187 centímetros que en su primera temporada en la Liga Dia acumula 6,8 puntos y 3,6 rebotes para 7,6 de valoración. Solo es el comienzo. "Al final, es como todo, te vas haciendo. Es acostumbrarse a un estilo de vida distinto, pero los primeros meses sin hablar el idioma, sin amigos, sin tus padres, sin la gente que conoces... es un mundo totalmente distinto. El no poder comunicarte con la gente cuando no les entiendes. Cuando tienes un día un poco más regular por cualquier cosa y no puedes acercarte a tu madre y hablar con ella, pues es complicado", subraya esta internacional española criada en una familia que respira deporte. Su padre practicó taekwondo y su hermano Diego hizo la pretemporada con el Atlético de Madrid este verano.
Esta estudiante de psicología a distancia comenzó business en su periplo de dos años al otro lado del Atlántico. Carrera universitaria combinada con muchos partidos, kilómetros y el March Madness ("Es literalmente madness -locura-, todo puede pasar") junto a la número 16 del pasado draft de la WNBA, Leti Romero. La actual jugadora del USK Praga fue muy importante en su experiencia americana: "Me ayudó muchísimo desde el primer momento. No nos conocíamos de nada y eso puso sobre ella la presión de integrarme en el grupo cuando ella ya tenía sus amigos, pero lo hizo desde el principio sin ningún tipo de problema. Siempre que necesité algo, estaba para ayudarme".
Vuelta a España
Pero como siempre sucede, el sueño se acaba. Y Conde, con aún un par de años más por delante con las Seminolas, decidió cambiar el rumbo. 180 grados de giro que apuntaron de nuevo a España por un motivo muy claro y sincero: faltaba algo en ese baloncesto universitario que vivía. No estaba completa y en la canterana estudiantil ese es el peor de los pecados. "El básquet para mí es pasártelo bien. Si no te diviertes, si no te completa, para mí, no tiene sentido por el sacrificio y el tiempo que empleas. Al acabar mi segundo año me dije 'no estoy todo lo contenta que creo que debería para lo lejos que estoy de casa y sacrificando cosas. Lo mejor era cambiar y buscar algo que me hiciera feliz", subraya.
Y lo hizo. Maletas y dirección a una Girona segunda en la tabla, clasificada para la Copa de la Reina y con grandes opciones de pasar de ronda en la Eurocup. "La diferencia se nota un montón. Jugamos mucho y eso es lo divertido. Desde el principio, me han acogido muy bien: la gente, el equipo, el club y estoy muy contenta", prosigue esta aficionada a las películas de miedo que medita sobre el futuro de sus antiguas compañeras, sus próximas rivales: "Ojalá, ahora con los cambios que han hecho, puedan acumular victorias y tener una racha de buena suerte... pero después de Girona". María Conde ha vuelto, todo un orgullo para la familia estudiantil, aunque vista otra camiseta.
