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Laura Aliaga: "Mi jugador ideal es Kobe Bryant, lo adoro"

La alero alicantina de Embutidos Pajariel se enfrenta este sábado al Movistar Estudiantes en el último partido de la primera vuelta.

Laura Aliaga, jugadora del Embutidos Pajariel.
Embutidos Pajariel

Al Movistar Estudiantes no le ha sentado bien por el momento su vuelta a la élite del baloncesto femenino. Las colegiales suman una derrota por cada jornada disputada hasta la fecha (12), dos bajas y tres incorporaciones a mitad de curso y un nuevo inquilino en el banquillo (Alberto Ortego) tras la dimisión de Fito González el pasado domingo.

Un camino pedregoso al que le resta un partido de la primera vuelta. Será en Bembibre, una localidad a casi 100 kilómetros de León, cuyo equipo es la ONU de la Liga Dia. Solo una de las jugadoras empleadas por Francisco Javier García durante esta campaña es española: Laura Aliaga. "La lengua oficial en el equipo es el inglés. Alguna sí que sabe algo o lo entiende, pero los entrenamientos y los partidos son en inglés. No tengo ningún problema... pero hay en ocasiones que quiero expresarme y no me salen las palabras adecuadas. Es un poco follón, pero está bien. Al final todas nos entendemos en la pista", dice esta alicantina de 23 años que fichó en verano por un Embutidos Pajariel que necesita el triunfo mañana frente a las ramireñas (18:00, Canal FEB) para poner distancia con el descenso: "Es un encuentro que teníamos previsto desde el día uno que empezó la Liga. Tenemos que ganar. No hay opción al no".

La historia de Aliaga con el básquet es más un encuentro que una búsqueda. Con 11 años, en el colegio Maristas, ella era solo una chica "muy alta" que consideraba este deporte como "un poco de chicos". "Mi padre, al que le encanta el baloncesto, me dijo que probara. Fui con mi mejor amiga y bien tampoco se me daba. Era alta y hacía algo, aunque un poco descoordinada: iba como un patillo por ahí", comenta. Sin embargo, desde ese día, su relación con el balón naranja fue afianzándose. "Me vio el San Blas, un club de Alicante, y me dijeron que si quería jugar con ellos. 'Bueno, vale'. Me conformaba con cualquier cosa. Jugaba en serio, pero no súper en serio porque era una niña. Empecé ese mismo año (2005) a ir con la selección valenciana, luego la española", continúa esta admiradora de Amaya Valdemora, Alba Torrens y Kobe Bryant ("Desde pequeña, mi jugador ideal es él. Tengo sus camisetas, lo adoro"). Pero no son sus únicos referentes. Regina Gómez y Sofía Gomes tienen un gran hueco en su corazón.

Alba González y Laura Aliaga.
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Alba González y Laura Aliaga.Embutidos Pajariel

Como toda relación, la de Aliaga con el baloncesto pasó de los pequeños escarceos a la seriedad con su aterrizaje en el Segle XXI. El centro de alto rendimiento catalán fue su hogar desde los 13 años hasta casi los 18. "No lo tenía pensado. Para mí, era algo intocable. Cuando mi padre me dijo que le habían llamado y que sí quería ir me quedé un poco sorprendida. No me lo imaginaba. Dije que sí porque me gusta mucho eso de irme de casa y estar fuera", señala esta internacional en categorías inferiores con la Selección. "Fue un poco shock. Mi padre me apoyó porque es mucho más de 'vete por ahí y disfruta' y mi madre también lo aceptó perfectamente, aunque con ese instinto maternal de quédate en casa, quiero cuidarte... Fueron los cuatro mejores años de mi vida en el baloncesto. Salí mucho más madura y lo agradezco un montón".

La pesada losa de las lesiones

Moda, tatuajes, redes sociales, ejercicio... esta alicantina simpática y abierta es una caja de sorpresas que tuvo que lidiar con esa pesada losa que todo deportista sufre en al menos una ocasión en su carrera: las lesiones. Contraataque en su último año en el Segle y rotura de tibia y peroné. Poco común en jugadores de baloncesto, pero le tocó la china. "Vino a raíz de mi verano con la selección en el que se me sobrecargó la pierna. Tenía muchas expectativas: ir al Mundial y luego buscar equipo en Liga Femenina 1 o 2. Estaba todo muy cuadriculado", dice Aliaga. "No recuerdo el dolor, sino en que en dos semanas tenía Selección y no iba a poder ir. Además, todo se complicó y tardé un poco más de lo que tenía que hacerlo. Hubo un momento en que me planteé dejarlo. Dije 'hasta aquí'. Lo pasé mal, no me lo esperaba. Pero la gente que me rodea, me apoyó bastante, decidí seguir y no me arrepiento para nada. Incluso agradezco esa ayuda". La vuelta tras el martirio fue en su club alicantino. "Fue extraño, no encajaba. Incluso me sentía un poco incómoda. Cuando entrenaba tenía miedo en las entradas. No penetraba mucho, me alejaba", recuerda con un pequeña risa sobre un época olvidada por ese hierro dentro de la tibia que Aliaga rechaza quitarse: "Estoy cómoda con él y se va a quedar ahí".

La '12' del Pajariel cogió impulsó desde ese momento. Sin minutos en Burgos por la lesión, completó su currículum en Pontevedra, Zamora, Lleida, Mallorca y con un salto al otro lado del Atlántico con parada en Argentina antes de llegar a las cercanías de León. "Era algo muy diferente, dejémoslo ahí, que no había tocado. Aquí, la Liga acaba muy pronto y vi una oportunidad de seguir entrenando. Probé y me encantó, quiero volver este año si puedo", dice la alero, que tuvo una ayuda muy ACB en tierras sudamericanas: Fede Van Lacke. El actual jugador del Gipuzkoa se encontraba en el Club Ciclista Olímpico La Banda, equipo al que cayó Aliaga vía draft. "Estaba en un partido en España y me mandó un mensaje para decirme que si necesitaba algo, me pusiera en contacto con él, y lo hice. Súper simpático y muy agradecida por el trato, por la cercanía. Me ayudó mucho a integrarme en el país", comenta esta creadora de un blog personal en Zona Dos Tres, apasionada de Juego de Tronos y Moulin Rouge y que solo tiene un objetivo en la cabeza: vencer al Estudiantes entre gritos ingleses de alegría.