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BILBAO BASKET 87 - ESTUDIANTES 77

Un Salgado genial fue el verdugo de su 'querido' Estudiantes

Su dirección y el entusiasmo de Thomas desatascaron un pulso que dominó el cuadro colegial 30 minutos, pero las faltas de Landesberg y el único argumento del triple le condenaron.

Bilbao
Salgado, ante Hakanson
Salgado, ante HakansonAitor Arrizabalaga

La garra de un jugador de bajo perfil como Thomas, que casi justificó el fichaje, y la dirección de un Salgado que volvió a ser el chaval de 10 años atrás, superaron un partidazo de Landesberg. Cuatro faltas de éste cuando se cocía el choque condenaron a un Estudiantes que no estuvo entero en la resolución tras 35 minutos de dominio. Es curioso, un director de juego al que muchos daban por acabado y un pívot que no lo parece se llevaron los honores. El orgullo del equipo, oculto durante semanas, encandiló y Miribilla se pareció de nuevo a Miriilla (segundo triunfo en casa este año, que es una locura, y primero en Liga desde octubre). Ganó el Betis y para el Bilbao Basket era cuestión de vida o muerte. Encadena dos triunfos, uno de ellos europeo, y ve algo de luz más allá el túnel en el drama del descenso. Otro compromiso clásico en el que deciden los detalles y estos fueron vizcaínos. Y eso que las bajas de Tabu y Pere Tomàs son mucha ausencia.

Ambos contendientes son transparentes en cuanto al estilo: el Bilbao Basket juega ahora a estudiar durante 23 segundos en campo enemigo y resolver al filo de la guillotina del bocinazo. Por eso cuando salió Salgado, maestro del funambulismo con el crono, el equipo dio el estirón, en el segundo cuarto; y ya nada le detuvo: con su luminosa presencia en pista +24. También cogió la batuta un Fischer en buena anotación. Sigue teniendo tal irregularidad este equipo que entra y sale de la vía buena y amaga con descarrilar al pensar en la mochila que lleva encima. Pero en el momento actual acumula soluciones. Como Todorovic en balones calientes (13 puntos plenos de decisión en el cuarto final). O los rebotes de Hervelle, que recobra físico (a todos se les ve otro brillo). Ya no solo se depende de Mumbrú, que deshizo el empate con Herreros y se colocó como el sexto jugador que más partidos ha disputado en la Liga ACB: 655. Mientras, el Estudiantes tiene criterio a la hora de mover el balón y llevarlo al rincón preciso, sus jugadores se mueven bien y buscan la espalda de la defensa; pero lo principal es llegar y buscar el triple. Es su seña de identidad y a veces les condena, porque en baloncesto es muy difícil ganar solo con un arma. Lo que nadie contaba es con el desplome final, como los castellers mal encajados (hubo una exhibición en el descanso, por cierto). Y el debate entre los rasgos de uno y los del otro se mantuvo hasta los cinco minutos finales, en los que no hubo discusión, con el drama de que el derrotado sentiría un poco más cerca el precipicio de la clasificación. 

Al Estu le hicieron sentirse cómodo las pérdidas del Bilbao: cinco en cinco minutos. Un RETAbet que estaba agarrotado de saque, aunque venía con el alivio de un triunfo en Belgrado que rompió una racha de nueve derrotas consecutivas. Una jugada visitante pasó por las manos de cuatro jugadores en un santiamén, con Cook cediendo al 'cinco' Savané, que de primeras entregó a Caner-Medley y éste a Vicedo: 13-24 a falta de 1:39 para cerrar el primer acto. Una delicia. Con Salgado llegó el baloncesto al límite. Dos canastas tripes al filo del final de posesión más otra de dos de Redivo en penetración iluminaron un parcial de 13-2. Así que la máxima ventaja madrileña de 11 puntos se ahogó con el empate a 28 a 4:13 para el descanso.

La salida del Bilbao tras el descanso fue a fuego. Con antorchas y dinamita. Un dos más uno de Fischer y una penetración de Redivo le dieron la primera ventaja del partido con un minuto absorbido en ese acto: 41-39. Pero el Estu se recompuso como si tal cosa y en tres minutos y medio metió diez puntos para dejar el asunto bajo su gobierno nuevamente, de la mano de un Landesberg que es un lujo para esta Liga: 14 tantos empaquetó en el tercer cuarto. La cuarta personal del alero con nacionalidad israelí a falta de 8:27 cambió el panorama. Al Estu se le fue la luz. Otra vez volvió el Bilbao Basket y lideró el partido a falta de 5:55 con un tiro de Hervelle a media distancia: 68-67. Caner-Medley tomó las riendas de su amigo Landesberg, pero no es lo mismo, mientras Thomas, un pívot bajito de perfil modesto pero bullicioso, ofrecía detalles y garra contagiosos a dos metros del aro. Tiene ahí mejores recursos que Gladness (solo un tiro y su presencia fue testimonial en el segundo tiempo). Vamos, que deja el balón con más suavidad. El final era un cara o cruz. Maldonado puso a Landesberg para los tres minutos finales. Pero el Bilbao se había proyectado con pólvora suficiente, la de Salgado, rey de Miribilla. "Los ex siempre están esperando a su equipo para reivindicarse", explicó el técnico colegial. Desde luego. En esta era del músculo, el talento demuestra que no tiene fecha de caducidad. El Consejo de Administración tendrá mañana (19:00 horas, hotel Ercilla) una Junta más dulce.