PARTIZÁN 67 - BILBAO BASKET 83
El Bilbao Basket al fin sonríe y encuentra utilidad a Europa
Buena actividad defensiva ante un Partizán horroroso. Se rompe una racha de nueve derrotas seguidas y se rearman de cara a la 'final' ante el Estudiantes.
Los 'hombres de negro' fueron mejores en un partido irregular, muy errático y con alternativas. Gladness parecía Shaquille O'Neal intimidando y pegando mates hasta con arranque frontal desde el tiro libre ante tanta poquita cosa. Mrsic al fin se estrenó y rompió la nefasta racha de nueve derrotas seguidas. Redivo va saliendo del pozo aprovechando los minutos que le dan y Hervelle estuvo en buena línea. Todorovic, en su tierra, sigue necesitando un paso más al frente. Lo que no se entiende muy bien es qué ha visto en el pequeño pívot Thomas la dirección deportiva. No tiene altura para hacerse grande en las letras y tampoco mano para maniobrar desde fuera. Es una guindilla que se mueve como si fuera hiperactivo pero el equipo no se nota confortable con él en pista.
Fue una labor coral, ante un equipo sin rumbo, en el que solo Williams-Goss se salvó de la quema. Un buen arranque de éste permitió al Partizán irse en los primeros minutos (8-2) y mandar hasta mitad de un primer cuarto (11-10) al que Todorovic cambió de dinámica con cinco puntos seguidos (11-15). La primera parte fue un columpio hacia un lado y otro, hasta que un 0-12 en tres minutos y medio (43-52) dio el gobierno a los bilbaínos y un 1-12 en menos de cuatro minutos (50-65) asestó el golpe definitivo. Todos arañaron protagonismo, hasta un Mendia que salió desbocado y abrió una brecha en la cabeza por la que sangraba abundantemente Velickovic. Todavía alcanzó el Bilbao Basket 19 puntos de ventaja (64-83) con la batuta de un Salgado al que le va muy bien este baloncesto control que propugna un técnico amante del estilo Ivanovic y la vieja escuela balcánica. El ritmo lento también le ayudó. Se rearman los vizcaínos de cara a la 'final' por la permanencia del domingo ante el Estudiantes.