Una experiencia tan real como la que viven los protagonistas del juego. Es lo que busca ofrecer la NBA a sus aficionados redoblando su apuesta por la realidad virtual (RV). Desde el ángulo que prefiera el espectador y en directo. Una nueva narrativa audiovisual basada en la retransmisión inmersiva.

Tras las primeras pruebas en 2015 y lanzarse por fin el curso pasado, la NBA se sumerge ahora del todo con 27 partidos y un producto mucho más completo. La novedad reside en el vídeo volumétrico, que incluye gráficos y estadísticas que asoman en forma de holograma, a la vez que el espectador puede escoger la perspectiva y congelar cualquier acción para revisarla.

Una experiencia que produce Intel y que está disponible con gafas Samsung Gear o Google Daydream View, la app NextVR y el NBA League Pass.

‘La cámara abeja’.

La gran revolución llegará con la bumblebee camera, que capturará la acción desde cualquier ángulo de la pista. Y todo a partir de unas 30 cámaras que producirán el vídeo siguiendo un proceso similar al que usan los móviles para crear una foto panorámica.

Pese a que hay margen de mejora en la resolución de la imagen y la fluidez en el streaming, la NBA cree que la realidad virtual jugará un papel decisivo en el incremento de la audiencia global porque ofrece una experiencia más completa y transporta al espectador a la pista.

A la espera de que se produzca la explosión comercial definitva de las gafas, la apuesta por la retransmisión deportiva inmersiva parece definitiva. Ver en directo un mate con los ojos de LeBron James o una finta de Stephen Curry desde la perspectiva de su sufrido marcador ya es posible. El AllStar 2018 servirá como gran prueba de este nuevo paso hacia adelante.