El Bilbao Basket se lleva un derbi loco ante el Gipuzkoa

En un Illunbe semivacío (¿merece la pena este esfuerzo si en Donostia la ACB no interesa a casi nadie?) el derbi cayó del lado del Bilbao Basket. Dos duelos de rivalidad que se le escapan a un Gipuzkoa Basket que tuvo una mañana para olvidar por los problemas físicos de su referencia Norel, aunque en el tramo final pudo maquillar el despropósito con su negativa a la rendición. No se anda el cuadro vizcaíno con medias tintas. Cuando mete el turbo ya le pueden seguir Marc Márquez, Rossi o el caballo del bueno de las películas, que no hay quien le eche el lazo. Su juego alegre, en ocasiones caótico pero deliciosamente ofensivo, se proyecta a los 90 puntos como si nada. pero claro, esas rachas tienen su reverso tenebroso, el de sequías, irregularidad. Y en este caso se paró, como habitualmente en los últimos cuartos, y tuvo que sudarlo: a falta de seis segundos, con tres arriba, Clark tiró a fallar un segundo tiro libre con tan mala suerte que el balón cayó a la cazuela pedrada y tablero mediantes. Todorovic estuvo de nuevo inconmensurable, el mejor proyecto de figura que ha tenido Miribilla en años.

El RETAbet dejó atrás la mala racha y vuelve a ver la luz tras algunas dudas. Porfi Fisac calculó mal el tiro. Propuso de saque agitar mucho la coctelera y le estalló el líquido en el rostro. A campo abierto, con posesiones de escasos 14 segundos, el jefe del derbi era el visitante. Duran es un técnico al que le gusta el ritmo, atacar, generar desde el perímetro. En ocasiones este año su equipo se ha enchufado a la defensa y eso sube mucho sus enteros en la bolsa de los partidos. En esta ocasión los jugadores usaron durante tres cuartos mucho más el cuerpo y las manos atrás, para bajar los porcentajes del rival a unos niveles patéticos: acumularon un 6/29 en tiros de campo y 1/11 en triples. Un total de 11 puntos sumaba el Gipuzkoa en el primer acto, en proyección de aquel Limoges rácano de Maljkovic. Con tales bromas, a poco que estés centrado, te llevas el partido. Y la energía atrás impulsó aún más en el aro contrario al RETAbet.

La salida a pista de Redivo acabó por romper el debate. Diez puntos seguidos del argentino, que siempre se adelantaba a su par, pusieron el 14-26 a falta de 6:46 para el descanso. Rima rimando, el Bilbao Basket se fue a los 19 de ventaja, tras una canasta a media distancia de Todorovic: 23-42. Fisac metió a dos bases, Pérez y Chery, para alzar el ritmo y tener más amenaza exterior, ya que Norel no estaba para muchos trotes por sus molestias en la rodilla. Lo peor que puede hacer un equipo es salir mirando a su ventaja, gustarse con el colchón de puntos: el Bilbao Basket titubeó, aminoró el ritmo cuando el GBC subió la presión para tener menos de diez de desventaja al entrar en el último acto. Se puso a ocho, pero los árbitros se liaron, pitaron una inexistente falta al sobreexcitado Chery, al que le dio por hacer un gesto castigado con técnica. Luego Fisac vio dos y fue descalificado; vio el partido desde la barrera de Illunbe. Puede decirse que su malestar tenía cierto fundamento pero la derrota venía por otros cauces.  Cuando la soga empezó a apretar surgió Mumbrú, con un triplazo, y dos posteos, uno para jugar el dos por dos con Todorovic y otro para asistir en el lado débil al triple de Hervelle. El Gipuzkoa no se dio por muerto y a la desesperada ofreció su mejor versión. Su consuelo es que que después de estar fuera de partido cayó en el último suspiro con una gran remontada. En plena fase de formación, el Bilbao Basket sigue robando los huevos de las cestas de sus rivales: ha ganado a Betis, Zaragoza y Gipuzkoa, al primero y tercero a domicilio, tres rivales en la lucha por la salvación.