¡Sobre la bocina! Embiid (21) y Simmons (14+7+9) no cierran
Eric Gordon (29) anotó un triple sobre la bocina para robar un partido que los Sixers tuvieron ganado. Tres minutos sin anotar...
La temporada pasada, James Harden realizó en Philadelphia uno de los partidos más impresionantes (51+13+13) de una temporada realmente impresionante (32 de El Proceso aquella madrugada de enero). Esta vez no vimos ninguna línea semejante, pero sí un divertidísimo partido que recordó a aquel en ciertos tramos. Tan rápido como alocado, de canasta a canasta: sin tregua. Sin tregua hasta el último segundo, en el que un triple de Eric Gordon congeló el Wells Fargo y hundió a Joel Embiid (manos sobre las rodillas y mirada perdida). Lo habían tenido en la mano; lo habían perdido ellos (1-4).
No jugó Markelle Fultz, que se perderá dos partidos más (para un total de tres) por una lesión de hombro que todavía no le ha permitido jugar a su nivel ("no puede ni levantar los brazos", decía su agente), pero vaya si jugaron Ben Simmons, Joel Embiid, Robert Covington, JJ Redick... Y, por supuesto, un TJ McConell que en el caos se convierte en rey de reyes (6+5+9+6).
Los Rockets salieron a ganar a los puntos y a los puntos ganaron. Pero de milagro y solo por el apagón de madurez que cegó a los jovencísimos Sixers. Después de que los detalles de un Simmons (sin tiro) al que le falta redirección, los puntos y más puntos de Redick y Embiid (qué sustos nos da cada vez que cae al suelo...) y triples de Covington tuvieran el partido ganado, la falta de madurez golpeó con fuerza los cimientos del Wells Fargo: tres minutos enteros sin anotar, los tres últimos del partido. Y los Rockets, como cabía esperar, aprovecharon la ocasión para robar un triunfo que ya es el cuarto (4-1) y que llegó sin Chris Paul, sin Trevor Ariza y sin Nene.
Harden acabó con 27 y 13 pero perdió ocho balones embistiendo, Capela cerró el partido con su ya habitual y salvaje línea (16+20, 7/9 en los tiros) y fue Gordon quien con 29 puntos puso la 'W' en el casillero de los texanos. El escolta ha arrancado como un ciclón: 24, 25, 18, 27 y 29 en cinco encuentros.