El Tenerife domina en casa a un Bilbao sin juego interior
El bombardeo triplista de los insulares en el cuarto final rompió un partido duro con poco acierto ofensivo. Ponitka y Richotti, los mejores. Diferencia abrumadora en el rebote: 50-30.
Es la sexta victoria seguida del Tenerife y habrá que pensar que es la bestia negra del RETAbet. Supo madurar un partido que prometía compacto, de pocos puntos, centrado en la defensa, y que acabó abriendo desde el arco de 6,75. Lo del rebote fue abrumador: 50-30. Después de tres cuartos duros, con imprecisiones por el ritmo frenético y porcentajes esmirriados, el equipo insular impuso sus mejores piernas para abrir en canal a un Bilbao que comprimió la rotación. A base de triples, seis en el último acto (32 puntos en ese fragmento) y algunos de ellos circenses, el equipo insular encontró el tesoro de la victoria. Lleva un 4-1 fabuloso en la clasificación y pocos le van untar el morro en la Hamburguesa. Lo ha logrado el Valencia pero a ver quién osa lograr esa gesta. "Ellos han tenido más hambre", sentenció Duran al final.
RESUMEN
Iberostar Tenerife (20+13+18+32): San Miguel (9), Richotti (14), Ponitka (16), Abromaitis (11), Vázquez (6) -cinco inicial-, Tobey (2), Beirán (9), Allen (1), Niang (4), Bassas (11) y Vrabac (0).
RETAbet Bilbao (17+14+17+21): Tabu (16), Todorovic (4), Hervelle (2), Kempton (0), Gladness (3) -cinco cinicial-, Pere Tomàs (16), Redivo (2), Mumbrú (16), Hammink (7) y Fischer (3).
Árbitros: Jiménez, Aliaga y Caballero. Eliminaron por faltas a Todorovic (34').
Incidencias: 4.247 espectadores en el Santiago Martín de Tenerife.
El pulso se fue desarrollando entre pérdidas de balón de uno y fallos en los lanzamientos de otro, sin gobierno de nadie, con ventajas cortas. El RETAbet invitó al comienzo a su enemigo al tiro. Y confundió a los aurinegros, que se salieron del ritmo ofensivo, aunque se sostuvieron con el rebote. Ni siquiera los fáciles embocaban. Un error en la entrega de quintetos obligó a los vizcaínos a salir con Hervelle, Kempton y Gladness, tres pívots. Fue todo lo que pisó la cancha el rubio norteamericano, los 34 segundos que transcurrieron hasta que se hizo el cambio por Tomàs. Ni él ni Vucetic, tampoco Salgado ni el descartado Mendia, estuvieron al tema. Duran empezó el año dando valiente cuerda a los chavales y ante un rival con mucha gente grande al final se echó en falta una rotación un poco más amplia. Porque Markovic tiene tres cincos de alto voltaje: Vázquez, Tobey y un Niang que siempre se atraganta a los bilbaínos. A estos les comió un final desacertado y unos porcentajes globales difíciles de tragar: 51% en dobles, 25% en triples y 57% en libres con 28 lanzados. Todorovic no tuvo su día (-5 de valoración) y mientras se van adaptando a Europa Fischer y Redivo, tendiendo en cuenta que tres no actuaron, hay poca materia para fabricar canastas. Los veteranos y Tomàs básicamente.
Mumbrú cubrió los 34 segundos que le faltaban, y mucho más, para llegar al sexto puesto en minutos jugados en la ACB, por detrás de Creus, Herreros Rafa Jofresa, Laso y Rodríguez. El Ibersostar empezó con 10-4 y Duran fue encontrando el pulso con los cambios. Mumbrú salió a jugar como distribuidor en el poste y causó un destrozo en algunos fragmentos. El Bilbao depende de su acierto exterior y esta vez ante un equipo tan armado por dentro aún se nota más el desequilibrio. La defensa es una seña de identidad del Tenerife, que tiene la segunda mejor labor secante de la Liga, y a veces con eso y una transición mucho mejor organizada que la del rival le da para ir caminando hasta el tramo final. Richotti desencadenó la tormenta al final y de su mano, mientras el Bilbao trataba de cambiar la dinámica con una zona 2-3, se rompió el partido. El equipo empezó a ser más solidario. Un Bassas que es seguro de vida y Ponitka, potentísimo yendo al aro, acabaron con las pocas incertidumbres que quedaban.