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PREVIA 2017-18

Los Angeles Lakers: Lonzo Ball e Ingram, la clave de todo

Empieza el futuro en los Lakers, con la llegada de Lonzo y las enormes expectativas que rodean a Ingram. Son la llave de la resurrección.
Barcelona-Bamberg: Euroliga

Lonzo Ball, una de las novedades de los Lakers 2017-18.

LOS ANGELES LAKERS

Entrenador: Luke Walton.

Posible quinteto: Lonzo Ball, Kentavious Caldwell-Pope, Brandon Ingram, Julius Randle, Brook Lopez.

Otros jugadores importantes: Jordan Clarkson, Larry Nance, Andrew Bogut, Kyle Kuzma, Ivica Zubac, Luol Deng, Corey Brewer.

Balance 2016-17: 26-56 (14º en el Oeste), fuera de playoffs.

Objetivo 2017-18: El progreso de los jóvenes y alcanzar o superar las 30 victorias.

Los Lakers afrontan la temporada con ilusión y con la esperanza de estar afrontando el tramo final de un proceso de reconstrucción que, si todo sale como esperan, podría concluir el próximo verano. El tándem formado por Magic Johnson y Rob Pelinka no ha ocultado su intención de pelear entonces por los servicios de dos grandes estrellas (¿LeBron James? ¿Paul George?) para acelerar el regreso a la élite de una Conferencia Oeste cada vez más salvaje. Y en ese plan entra el objetivo de intentar competir esta temporada noche tras noche: si el equipo demuestra cierto progreso, será más fácil atraer a jugadores importantes.

Ese contexto explica la llegada de dos teóricos titulares como Caldwell-Pope y Brook Lopez, aunque el fichaje del segundo se debió más a motivos económicos que deportivos. La llegada del pívot californiano permitió deshacerse del sobrepagado Mozgov, a costa, eso sí, del prometedor D’Angelo Russell, ahora compañero del ruso en los Nets. Lopez acaba contrato (liberará más de 22 millones de dólares) y es un jugador sólido en ataque (18,6 puntos de media en su carrera), con capacidad para anotar desde la línea de tres puntos, algo que se ajusta bien al juego que pretende imponer Luke Walton. Caldwell-Pope, por su parte, debe ayudar a mejorar la defensa del equipo, la gran obsesión del cuerpo técnico de unos Lakers que llevan tiempo siendo uno de los peores conjuntos de la liga en este aspecto.

Pero la gran novedad de los angelinos es Lonzo Ball, el rookie que seguramente mayor expectación ha levantado en los Lakers desde Magic Johnson. Y eso que ha habido un tal Kobe Bryant de por medio. Base de 1,98 metros con una extraordinaria visión de juego, posee capacidad de liderazgo y facilidad para llenar la estadística, muy al estilo de un ilustre de la liga con el que le comparan, Jason Kidd. Acostumbrado desde hace años a la presión que recae sobre él tras las habituales bravuconadas de su célebre padre, LaVar Ball, el ex de UCLA no debería sentir vértigo por ser la nueva referencia de una franquicia tan mediática como los Lakers. Soñaba con vestir de púrpura y oro y lo ha logrado. Ahora quiere hacer historia.

De la conexión de Lonzo con Brandon Ingram dependerá en gran parte el destino de un equipo que quiere realizar un juego rápido y divertido. Se espera que el alero dé un paso adelante importante tras un año rookie irregular. De momento, parece que ya ha crecido en algo desde la campaña pasada. Según se especula, sus 206 centímetros oficiales de estatura podrían haber aumentado en cinco más. Le siguen faltando kilos, pero tiene hambre y ganas de demostrar que es un All Star en potencia. Magic ve a sus dos jóvenes estrellas como una nueva versión de la pareja que formaban él mismo y James Worthy. Palabras mayores...