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NCAA

Escándalo en la NCAA: técnicos detenidos por cobrar sobornos

Entre ellos, el exjugador Chuck Person y un ejecutivo de Adidas. Se trata de una red que dirigía la decisiones de los jugadores de instituto.

Escándalo en la NCAA: técnicos detenidos por cobrar sobornos
RONALD MARTINEZAFP

Golpe al sistema del baloncesto universitario. Según información adelantada por el periodista Tom Winter, de NBC, cuatro entrenadores asistentes de las universidades de Arizona, Southern California, Auburn y Oklahoma State, están entre los por ahora diez arrestados con cargos federales de corrupción. Según las primeras informaciones, forman parte de una trama que cobraba mordidas por influir en los jugadores que apuntan a un futuro brillante en la NBA para que firmen con determinados agentes y asesores financieros.

Uno de los detenidos es el exjugador Chuck Person, que trabajo en Auburn y que fue número 4 del draft en 1986 y (fue Rookie del Año) jugó en la NBA hasta 2000. Entre los demás detenidos están ejecutivos universitarios y el director de marketing global de Adidas.

El fiscal Joon H. Kim ha sido rotundo: “La imagen del baloncesto universitario que arroja este caso no es demasiado halagüeña. Entrenadores de algunas de las mejores universidades del país aceptando sobornos, agentes y consejeros acosando como coyotes a jugadores y grandes marcas deportivas filtrando dinero a familias de jugadores de instituto”.

El caso lleva abierto desde 2015 e investiga los flujos ilegales de dinero en un sistema universitario en el que las restricciones son enormes: “Explotan los sueños de chicos que quieren ser jugadores y les tratan como a simples oportunidades para enriquecerse por vías fraudulentas y mediante chantajes y mordidas”, asegura un Joon H. Kim que define como “enorme” la influencia de los cuerpos técnicos en las elecciones de futuro de los jugadores: “Les guían hacia ciertos asesores y agentes no por los méritos de estos sino por el dinero que reciben. Y lo hacen presionando a los jugadores y a sus familias”.

Los jugadores que reciben dinero, ellos o sus familiares, se beneficiaron de becas que no habrían recibido de salir antes a la luz este caso. Las cifras eran de entre 100.000 y 150.000 dólares desviados a familiares de un jugador de instituto para que se comprometiera con una determinada universidad cuyo programa deportivo estaba financiado por Adidas, marca con el que el jugador se tenía que comprometer a firmar además en cuanto se convirtiera en profesional.

En principio, las universidades no formaban parte de un sistema subterráneo en el que participaban marcas, agentes, entrenadores y las familias de los jugadores.