Sin Fotis Katsikaris ni Facu Campazzo a los mandos, el UCAM Murcia inicia una nueva aventura. Lo hace con ambición. Vuelve a doblar, aunque este año se pasa a la Champions de la FIBA. Una prueba de fuego para un equipo que comandará Ibon Navarro tras sus dos años de sufrimiento en Manresa. Una escuadra que se ha ido curtiendo con nuevos jugadores, aunque conserva esencia del pasado año. El reto para el actual es lograr la primera clasificación deportiva para la Copa del Rey, en Europa acceder a la segunda ronda y en Liga entrar en los playoff como hace dos años.
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La grave lesión de Antelo en la primera jugada del primer amistoso de pretemporada ha trastocado los planes. El UCAM tuvo que moverse en el acotado mercado nacional (con las mejores piezas ya vendidas) y encontrar a última hora a Álex Urtasun. Esto implicará que el británico Ovie Soko, castigado por las lesiones el pasado año, actúe como ala-pívot junto a Lukovic (un amigo íntimo de Radovic, que llega para intentar superarle). En el resto de ubicaciones, atentos a la dupla Hannah-Kloof, a la intensidad de Rojas y el acierto defensivo y de tres puntos de Sadiel y en la pintura la fiereza de Faverani.
Por su experiencia y calidad, todos los focos apuntarán al de Alaska. En su presentación con el UCAM afirmó que tenía ganas de divertirse dentro y fuera de la cancha y en Murcia encontrará el protagonismo y el cariño que le faltaba. En los primeros amistosos dejó estadísticas brutales en triples. En función de quién le acompañe en el perímetro actuará como escolta o alero.