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LIGA ENDESA

Una norma podría dificultar a Villacampa ser presidente ACB

La Asamblea acordó en 2013 que el presidente no podría ser alguien vinculado a un club en los cinco años anteriores, salvo que hubiese unanimidad. Hay que decidir si se mantiene vigente.

Asamblea de la ACB, el pasado mes de agosto.
PABLO MORENODIARIO AS

Francisco Roca dejará de ser el presidente de la ACB el próximo 22 de noviembre, cuando se cumplan tres meses de la carta que envió a los clubes comunicando su dimisión. La carrera por la sucesión arranca ya, aunque de momento solo ha salido a la luz el nombre de Jordi Villacampa como posible candidato.

No es la primera vez que el exjugador y presidente del ­Joventut durante 18 años, desde 1999 hasta abril de este mismo año, suena para presidir la Asociación. Sin embargo, una norma aprobada por él, entre otros dirigentes, le puede dificultar el camino. En septiembre de 2013, cuando la Asamblea ACB decidió la destitución de Beto Agustí, predecesor de Roca en el cargo, los clubes acordaron que el nuevo presidente no podía ser alguien que hubiera estado vinculado a un club de la Liga en los cinco años anteriores, salvo que su elección se resolviera por unanimidad. Esa norma no está recogida en los estatutos y ahora habría que interpretar si su validez se remonta solo a aquel proceso electoral o si se mantiene vigente. Si fuera así, Villacampa o cualquier otro dirigente ligado a un equipo solo podría presidir la ACB si tuviera el apoyo de los 18 clubes que componen la Liga, los que elegirán a su nuevo jefe ejecutivo en los próximos meses.

La crisis institucional de la Asociación mantiene a los clubes enfrentados y al Madrid, al Barcelona, al Baskonia y al Unicaja amenazando con crear una competición al margen. Al nuevo presidente le espera un camino con muchas curvas, aunque antes habrá que elegirlo. Y no parece sencillo.