España-Venezuela: La misión "oro para Llull" empieza en Madrid

"Un tornado", se lamentó Sergio Scariolo por las bajas cuando la Selección que jugará el Eurobasket desde el 1 de septiembre hizo su presentación oficial el pasado 28 de julio. Las renuncias de Felipe Reyes, Rudy Fernández y Mirotic, la lesión de Claver y la retirada de Calderón habían dejado muy golpeada a la actual campeona. Especialmente a nivel defensivo. Pero podía ser peor. Sergio Llull se lesionó de gravedad en Tenerife y la posición de escolta también se ha quedado en el alambre. Uno de sus posibles sustitutos, Pau Ribas, ya se había lesionado en la concentración de Benahavís después de haber estado todo el año en blanco por una rotura del tendón de Aquiles.

Así, España tiene 17 días hasta su debut contra Montenegro para rearmarse. Psicológicamente, el grupo, "la familia", como le gusta nombrarla al mismo Llull, es madura y se ha acostumbrado a golpes impactantes en todos estos años de éxitos. Otra cosa será a nivel de juego. Su primer banco de pruebas es Venezuela, una selección muy bien situada en el ránking FIBA (15 del mundo), con jugadores que ya son clásicos como John Cox. Un partido que la FEB aprovecha para homenajear a Juan Carlos Navarro, que según la herramienta que utiliza la Federación para medir internacionalidades supera hoy al legendario Epi: 240 partidos. Del capitán, esté o no en plenitud, también van a hacer falta puntos en septiembre.

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Paso adelante

Es obvio decir que el juego de España se va a volcar en los Gasol, que deben mejorar su armonía mientras estén juntos en cancha. Es una tarea pendiente hace años. Pero si España quiere ganar el oro en Estambul dentro de un mes para dedicárselo a Llull, solo con los Gasol no va a bastar. Hay jugadores obligados a dar un paso adelante. Ricky debe confirmar que, como él mismo ha dicho, está en el “mejor momento de su carrera”. Sergio Rodríguez, además de talento para manejar los partidos, también deberá garantizar una producción regular. La carrera de San Emeterio en Baskonia y Valencia garantiza que será capaz de tomar más responsabilidades. El que necesita dar un paso al frente, por talento, es Abrines, al que no debería venir mal la ambición que demuestran a diario Sastre y Juancho. España ha perdido talento con los ausentes. Es hora de que la frase "hay vida después de los Gasol" no sea sólo un grupo de palabras.