Golden Gate: 200 millones para luchar contra los suicidios
El asunto es considerado un problema de salud pública en California. Hubo 40 casos conocidos solo en 2016.
El Golden Gate es, seguramente, el puente más famoso del mundo y desde luego el gran símbolo de San Francisco. Más de 100.000 coches lo atraviesan cada día Y más de 10 millones de personas visitan cada año sus 2,7 kilómetros, 227 metros de altura y más de 27 de ancho. El problema es que, como dice la líder demócrata Nancy Pelosi, lo que es un símbolo de orgullo también se ha convertido en un “símbolo de dolor”: solo en 2016 se suicidaron lanzándose desde el Golden Gate 40 personas. Y eso son los casos confirmados ya que otros quedan cada año sin esclarecer. Y hasta 200 personas más fueron retiradas a tiempo cuando estaban a punto de saltar al vacío.
Desde su inauguración en 1937 hasta finales de la pasada década se registraron más de 1.300 suicidios desde el mítico puente: personas de la Bahía pero también de todo Estados Unidos que viajan hasta allí solo para quitarse la vida. Los estudios hablan de una verdadera atracción ejercida por la belleza del escenario, un efecto casi romántico que se resume en la nota de un suicida que, se dice pero nunca se confirmó de forma oficial, se encontró en el puente: “¿por qué lo pones tan fácil?”.
Desde la década de los 40 se han buscado soluciones. Y finalmente se van a aplicar: San Francisco va a invertir 200 millones de dólares en una “red antisuicidios”, un proyecto experimental que en principio estaba valorado en 76 millones… Las duras condiciones de la zona, con el golpeo incesante del viento a la cabeza, han hecho que casi se triplique ese presupuesto inicial.
La red recorrerá el puente unos seis metros por debajo de su superficie, por ambos lados y con una longitud de otros seis metros por cada uno de ellos. Será de acero inoxidable y tendrá los bordes levantados hacia arriba para dificultar toda más los intentos de quien incluso con la red se lancen. Los expertos saben que no es un método infalible, pero también que como mínimo pueden lograr un notable efecto disuasorio: tras un estudio con personas que acudieron al puente a suicidarse pero finalmente no lo hicieron, descubrieron que el 80% de ellas ni se lo habría planteado si hubiera habido algún tipo de barrera que dificultara el proceso.
Esa es la misión de esta red que además no tendrá el color oxidado del mítico puente. Así iba a ser en un principio pero finalmente se decidió que el color natural del acero se fundía mejor con los del cielo y el agua y hacía que la aparatosa red pasara más desapercibida.