SPURS 115-WARRIORS 129 (0-4)

¿Adiós, leyenda? Emocionante despedida a Manu Ginóbili

Cánticos de 'olé, olé' y ovación impresionante, banquillo de los Warriors incluido, para el argentino en el que podría ser su adiós a la NBA
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Manu Ginóbili había sido titular por última vez en un partido de la NBA el 24 de marzo de 2014. Pero el Mejor Sexto Hombre de la NBA en 2008, en realidad el jugador que ha personificado ese rol de tipo esencial (y mucho más que eso) que no está en los quintetos iniciales, volvió a ser titular ayer, el 22 de mayo de 2017, en el que pudo ser su último partido en la NBA. Gregg Popovich reconoció que era una cuestión “de profundo respeto”, por si acaso, hacia un jugador histórico sin el que sería imposible entender a estos Spurs del milagro en movimiento durante dos décadas. Son Popovich y Duncan, por supuesto, pero también son Tony Parker y Manudona. Cómo no.

Ginóbili, agotado pero irredento, jugó 32 minutos y terminó con 14 puntos y 7 asistencias dos días después de sus 21 puntos del tercer partido. Con Kawhi Leonard y Tony Parker lesionados y LaMarcus Aldridge consumido por Draymond Green, ha llevado hasta donde ha podido la bandera de los Spurs. Si ha sido realmente su último partido, ha sido como titular en una final de Conferencia. Con 39 años que serán 40 en julio.

A 2:25 del final, Popovich (que luego bromeó con devolverlo a la cancha) retiró a Ginóbili y metió en pista a Kyle Anderson. El AT&T Center dedicó al argentino una ovación emocionante, desde luego con olor a despedida, a la que se sumó el banquillo de los Warriors. Si era el final realmente, tenía que ser así. En la grada, antes y después, se mezclaron los ‘olé, olé’ con los ‘one more year’ (un año más) para tratar de convencer a un jugador que en realidad todavía no se ha decidido y que bromeó después del partido por la reacción del público: “Parece que quieren que me retire”. Pero la decisión no está tomada: “Lo meditaré durante tres o cuatro semanas”. Sus opciones son claras: “Seguir practicando el deporte que amo o irme a casa, ser un buen padre, viajar más, disfrutar de mi familia…”.

Leyenda absoluta, zurda maravillosa y futuro Hall of Famer, Ginóbili fue campeón de Europa en Bolonia (2001) y en 2002 se enroló en los Spurs, que le habían elegido con el número 57 (por entonces el penúltimo) del draft de 1999. Jugó su primer partido en la NBA el 29 de octubre de 2002: 7 puntos, 3 asistencias y 4 robos en triunfo de los Spurs ante los Lakers. Desde entonces quince temporadas, dos All Star Game disputados (2005 y 2011), cuatro anillos de campeón y, al margen de su esplendorosa trayectoria con la Argentina dorada del oro de Atenas, parte integral del histórico big three Parker-Ginóbili-Duncan. Sus promedios: 13,6 puntos, 3,6 rebotes y 3,9 asistencias.

Números que ni se acercan a la verdadera leyenda de un jugador al que Stephen Curry reconoció tras el partido: “Tal y como juega era imposible no ser feliz viéndole. Le ha dado mucho al baloncesto. He sido fan suyo y he aplaudido para ofrecerle mi respeto en ese momento del cambio”. Aunque seguramente la frase que mejor resume los últimos tres lustros de Manudona sea de Mike Brown, técnico de los Warriors en espera de Steve Kerr y ayudante de Popovich en los Spurs entre 2000 y 2003 (cuando debutó el argentino): “Ha dado mucha felicidad a mucha gente durante muchos años”.