Un Willy de récord (24+11+5) tampoco salva a los Knicks
El pívot español igualó su mejor marca anotadora y llevaba 20 puntos ya en el descanso. Los Raptors serán como mínimo terceros del Este.
Willy Hernangómez, al margen de lo colectivo, ha sacado partido a su primera temporada en la NBA. Ha enseñado que tiene arsenal en ataque para ser, ya con lo que es a sus 22 años, un pívot con minutos en una rotación estable. A partir de ahí, todo lo que mejore (experiencia y sobre todo, defensa: mucha defensa) irá definiendo un rol al que ahora no hay ni que poner techo. Poco a poco. En lo colectivo, el pívot español también se está curtiendo. Los Knicks, con esa punzante prensa de la Gran Manzana detrás, siguen siendo un saco de golpes que ya está, tras perder ante los Raptors (97-110) en las 51 derrotas (30-51). Una más que la temporada pasada. Desde 2001, cuatro visitas a playoffs y ocho temporadas de al menos 50 derrotas. El horror.
Al contrario, los Raptors llegan a 50 (50-31) por segunda temporada consecutiva después de no haberlo hecho en sus veinte primeras campañas (nacieron en 1995). En el Madison se aseguraron el tercer puesto del Este, dejando el cuarto certificado para los Wizards, y conservan una pequeña opción de ser segundos. Dependen de los Celtics pero, con Kyle Lowry de vuelta, los canadienses llegarán a playoffs como, probablemente, el rival más duro de unos Cavaliers que está por ver si tendrán rival esta vez en el Este. No el más espectacular, no sé si el más peligroso. Pero seguramente sí el más duro.
Los Knicks jugaron un buen primer tiempo a lomos de Willy, que anotó 20 puntos y que en el tercer cuarto ya había igualado su career high: 24 con un 9/12 en tiros. No anotó más, falló tres tiros en pleno colapso de su equipo en el último parcial (9/15 total) y añadió 11 rebotes, 5 asistencias y 3 robos. Uno de sus partidos más completos, con un recital ofensivo en la primera parte que no tuvo continuidad después y ya cuando los Knicks se iban por el desagüe: los Raptors anotaron diez de once tiros en un tramo de cuatro minutos en el que convirtieron un 82-88 en un 82-100. Game over. Puntería de Patterson, cemento de Tucker y buenos minutos de Lowry (17+7+11) para acompañar a un DeRozan que había sostenido a su equipo en los tres primeros cuartos: 35 puntos, 11/15 en tiros y segundo jugador en la historia de la franquicia que alcanza los 2.000 puntos en una temporada. El otro, Vince Carter, lo logró dos veces.
A los Knicks, bajo mínimos (quinteto: Baker, Holiday, Lee, Ndour, Hernangómez) les queda un partido en el Madison, ante los Sixers, y se irán de vacaciones. Con las dudas de casi todos los veranos, los problemas de casi siempre y la esperanza de que algún vez la tecla que toquen será la adecuada. Esperemos que con Willy Hernangómez a bordo. Se lo está ganando.