Jokic (19+16+10) asalta Chicago y Denver se aferra a los playoffs
Partidazo del serbio, tres triples-dobles en doce partidos. En Detroit, otro desastre de unos Blazers que cada ve lo tienen más complicado.
Dicen que Chicago es la segunda ciudad con más población serbia de todo el mundo por detrás de Belgrado. Así que después de que los Nuggets pasaran por encima de los Bulls (107-125), los paisanos de Nikola Jokic montaron una celebración a la altura del tercer triple-doble en la temporada (y en los últimos doce partidos) del que ya es con 22 años gran referente de Denver Nuggets: 19 puntos, 16 rebotes y 10 asistencias para dirigir un 48-69 demoledor en el segundo tiempo. Cuando Jokic mueve el molino y aciertan Gallinari (22 puntos), Chandler (20), Barton (15) y compañía, es muy difícil parar a los Nuggets,+16 uno de los ataques más eficaces de la NBA en esa versión.
Ante ellos, unos Bulls que como tantas veces se enredaron en sus propias carencias en cuanto el trabajo de los Nuggets (Chandler al frente) llevó a Jimmy Butler a un partido de 8 puntos con un 3/13 en tiros. Wade anotó 19 y repartió 6 asistencias y Portis se fue a 12+6. Hasta rondo alcanzó también los 19 (y Mirotic se quedó esta vez en 6 por 2 de Juancho Hernangómez para Denver), pero los Bulls no tienen el suficiente caudal para sostener el ritmo de rivales que producen sin parar (103 puntos Denver a partir del primer cuarto). Los de Hoiberg, eso sí, siguen en puestos de playoffs porque nadie en el Este parece querer moverles de allí. Ahora (30-30) son séptimos con tres partidos de ventaja sobre los Heat, que van en su cotrarreloj particular.
Para los Nuggets el partido fue un paso de gigante. En 27-33, se aferran al octavo puesto del Oeste con buenas perspectivas: le siguen unos Kings que huelen a hundimiento tras la salida de DeMarcus Cousins, unos Mavericks con menos talento que ellos… y unos Blazers que no terminan de encontrarse: ya 24-35 después de perder en la prórroga en Detroit (120-113). Otra derrota muy dolorosa para un equipo que ganaba por 13 ya en el tercer cuarto pero que volvió a encontrar formas de perder: Damian Lillard (34 puntos, 11 rebotes, 9 asistencias) forzó la prórroga a dos segundos del final pero había fallado justo antes el tiro libre, por técnica a Caldwell-Pope, que podía haber resultado definitivo.
En la prórroga sentenció Marcus Morris, que jugó el partido de su vida: 37 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias para unos Pistons que como mínimo siguen aferrados, aunque sea de susto en susto, a la carrera por los playoffs del Este. Drummond (19 puntos, 15 rebotes), ganó el duelo de pívots a Nurkic (19+7+5 asistencias). Los Pistons marchan a trompicones pero los Blazers nunca arrancan. Y los Nuggets lo aprovechan.