Sigue el Cierre del Mercado de Fichajes NBA 2017

En las últimas ventanas de mercado los Boston Celtics han sido una de las franquicias que más rumores sobre traspasos ha protagonizado de largo. Sin embargo, este lugar destacado en los titulares no ha cristalizado en cambios significativos (al margen del aterrizaje el pasado verano de Al Horford como agente libre). Con el trade deadline ya a la vuelta de la esquina (23 de febrero), Danny Ainge está obligado —ha llegado ya el momento definitivo para mover ficha— a realizar algún movimiento que trate de convertir a los Celtics en el buen equipo que ahora son en uno que aspire a discutir el trono de LeBron James y sus Cavs en el Este (con las aguas revueltas que bajan de Cleveland, el timing no podría ser mejor). Y es que el quality jump (salto de calidad) que tan bien (y con razón) han vendido en los últimos meses debe fructificarse desde los despachos.

La plantilla que en estos momentos  maneja Brad Stevens presenta dos claros problemas: la defensa (han pasado de ocupar la quinta posición en rating defensivo con 100,9 puntos recibidos por cada 100 posesiones en la 2015-16 a la 21º esta temporada, con 106,2) y el rebote. Con este diagnóstico, la solución pasa por conseguir un pívot capaz de marcar diferencias en la zona y un alero con estatus y rendimiento de jugador grande. Con mayor o menor intensidad, los nombres se han mantenido constantes en los últimos meses: DeMarcus Cousins, Nerlens Noel, Jimmy Butler... Precisamente, el interés por este último se ha reactivado en las últimas horas. Cierto que ocupa la misma posición que un Jae Crowder que ha demostrado ser un jugador eficaz y cumplidor. Pero no es una estrella. Y Butler lo es. Con él en el equipo, las acciones de los Celtics se dispararían en el mercado.

Precisamente, he ahí la cuestión: soltar o no las muy preciadas primeras rondas de los dos próximos drafts de los Nets y que, recordemos, están en manos de los orgullosos verdes. ¿Dar una, las dos? ¿Y qué otros jugadores incluir en la operación? Cuando ambas franquicias negociaron el último verano y recordaba a comienzos de esta semana el periodista K.C. Johnson ('Chicago Tribune') los nombres del propio Crowder y Marcus Smart ya se pusieron encima de la mesa. Avery Bradley (por fin recuperado de sus problemas en el tendón de Aquiles) podría ser una pieza más que interesante, aunque desprenderse de sus servicios te dejaría sin uno de los mejores stoppers de la Liga y un hombre capaz de aportar mucho en el rebote (con lo bien que esto les viene a los de Stevens), con tiro exterior (cosa que Butler no tiene)... Desde el punto de vista de Boston lo deseable sería incluir a Amir Johnson (un expiring que cobra 12 millones este curso ) en la operación y así cuadrar cuentas con mayor facilidad. También podrían ofrecer a Jaylen Brown, pero desgastar sin ni siquiera probar la bala de un número tres del draft quizá no sea lo más aconsejable. En resumen, lo bueno es que tienen mucho donde elegir para convencer a los Bulls y que el roster no se vez excesivamente descompensado. Lo malo, cualquier paso en falso podría derrumbar este proyecto de reconstrucción hacia la élite hasta la fecha que tan buenas sensaciones desprende. 

Por su parte, los Bulls no tenían previsto moverse hasta el final de la presente campaña. Pero el cisma en el vestuario de la última semana podría haber precipitado los acontecimientos. Pase lo que pase de aquí a abril, el proyecto está roto y el grupo no podría estar más dividido. Y Butler (un jugador que se deja todo en la pista pero cuyo liderazgo fuera de ella está en entredicho) es el único activo por el que en Chicago podrían obtener piezas interesantes con las que partir de cero. Una tesis que también comparte algún ejecutivo de franquicias rivales: creen, tal y como señala el citado Johnson, que los Bulls reabrirán las negociaciones para traspasarle en los próximos días. Nick Friedell (periodista de la ESPN que cubre la información del equipo) va más allá y expresa la siguiente percepción: Butler acabará jugando en los Celtics. El carrusel de rumores no ha hecho más que comenzar.