Los Knicks hacen el ridículo en Toronto con un 3ªcuarto infame

Desde hace cuatro temporadas, todos los días son fiesta en New York Knicks. Año tras año, el equipo no cuadra, no carbura. Nada sale bien en una franquicia que este curso comenzó con ilusión y ahora deambula sin alma, con un balance 18-22, a dos partidos de unos Playoffs que no catan desde 2013. Un hecho que no extraña tras el partido de Canadá. El equipo neoyorquino decidió no acudir, se rindió a partir del segundo cuarto para sumar su décima derrota en los últimos doce partidos (116-101). Sin Porzingis (segundo encuentro ausente por problemas en el tendón de Aquiles) y con Carmelo de apagafuegos hasta que llegó a su límite, los Raptors se dieron un festín que se resume con el 49,9% en tiros de campo con el que acabaron. Nada mal. 

A pesar de mantenerse en el partido durante el primer cuarto, los Knicks poco a poco fueron deshaciéndose. Del 27-26 con el que acabaron el primer cuarto al 69-54 del segundo, las sensaciones ya decían que a los Raptors no se les iba a escapar el asunto, pero tras el tercero... nadie preveía un tercer periodo así. Fue increíble ver como Lowry, DeRozan y compañía sacudían a los de la Gran Manzana como a una piñata. 

Esos 12 minutos, en lo que DeRozan logró 11 de sus 23 puntos, los canadienses maniataron ofensivamente a los Hornacek y los destrozaron defensivamente: sólo anotaron 8 puntos, 6 de ellos en los dos últimos minutos y cuando todo estaba ya muy lejanos para ellos (94-56). Una escabechina que supieron aprovechar DeMarre Carroll (20 tantos) y Lowry (16), más Derozan (claro), y que se define con 27 tantos en el cuarto con un 12/20 en el lanzamiento. Los Knicks se quedaron en un triste, muy triste, 4/21 (0/4 en triples) y seis pérdidas. Una avalancha que Carmelo (18) no pudo parar con sólo dos tantos en toda la segunda parte (Rose se quedó en los 16 de los primeros 24 minutos) y que dio muchos minutos a Willy Hernangómez. El español finalizó cerca del doble-doble con 8 puntos y 13 rebotes, récord en capturas en su incipiente carrera en la NBA. Mañana será otro día en la ciudad que nunca duerme. Esperemos.