Los Clippers salvan los muebles de milagro; hunden a los Blazers
El mejor partido de la jornada no defraudó. Los de Oregón llevaron al límite a los angelinos. Griffin (26+12+6) y Paul (21+14), los mejores.
Antes de criticar el inicio de temporada de estos Blazers, que hay que hacerlo, digamos también que la temporada pasada perdieron 20 de sus primeros 31 partidos y acabaron quintos en el Oeste con 44 triunfos en su casillero. Pero sí, están mal. Peor de lo que esperábamos muchos y, desde luego, peor de lo que hay que exigir del tercer equipo más caro de la competición (sin lesiones, sin excusas).
Ayer estuvieron muy cerca de dar la campanada en el Staples. Una campanada que en realidad no lo es tanto, algo que habla peor aún de su inicio de campaña. ¿Pueden los Blazers ganar a los Clippers? La respuesta es sí, cualquier día. Quiero decir, la diferencia real entre ambos equipos existe, pero es pequeña en cuanto a talento. Sin embargo, unos andan, pese a sus tropiezos (que los tienen y gordos), terceros en el Oeste con un buen récord (18-7) y los otros son octavos (12-14) porque solo hay ocho equipos 'buenos'. Diferencia irreal y que habla horrores de los Blazers: el tercer equipo que más puntos recibe cada noche (+112) y el peor en defensa por 100 posesiones (109,9).
El partido fue un toma y daca muy entretenido que se alargó, quizás, demasiado. Los locales, todavía con el miedo en el cuerpo de sus últimas dos derrotas en el Staples (Pacers y Warriors), desperdiciaron la única ventaja importante del partido (+11 en el primer cuarto) y tuvieron que lidiar con un equipo que anota con facilidad subido a su espalda hasta el final. Los visitantes incluso cogieron ventajas de cinco puntos en los últimos 12 minutos gracias a un enorme Mason Plumlee (18+7+6+5, tercer jugador que logra un 15+5+5+5 con tapones en lo que va de temporada: los otros dos Westbrook y Antetokounmpo, según ESPN Stats&Info), al buen hacer de Turner (15+4+6) y a los siempre peligrosos Lillard (24+5+8, solo acertado desde el triple) y McCollum (25). Pero al final, Chris Paul, Blake Griffin y, sobre todo, los tiros libres de Redick fueron decisivos (8/8, todos en los últimos cuatro minutos, uno por técnica de Stotts y otro por una falta antes de que los Clippers pusieran el balón en juego). Los detalles siempre ganan partidos.
En definitiva, cuatro derrotas seguidas de unos Blazers que necesitan pilas atrás y triunfo necesario de los Clippers.