Los Spurs de Pau Gasol sudan tinta para batir a Cousins (37+16)
La magia de Popovich y Ginóbili mantuvo en el partido a los texanos, que terminaron imponiéndose en el nuevo Golden 1 Center por experiencia.
Kawhi Leonard es buenísimo. Y Popovich, mejor. Todo el que viera el partido sabe que la crónica tenía que empezar así. Los San Antonio Spurs ganaron a los puntos en Sacramento, batiendo a unos Kings que jugaron una primera parte magnífica, pero que, sencillamente, no tienen ni la experiencia ni el talento de los texanos. Ni a Gregg Popovich...
Así solo ganan unos pocos elegidos. El partido de los Spurs fue malo en líneas generales. El quinteto titular, como ya se intuía tras el partido ante los Warriors, hace aguas en defensa (Parker, Gasol, Aldridge...) y salva parciales sonrojantes gracias al talento ofensivo y a la enorme evolución de Kawhi (30 puntos, anotó los nueve primeros del equipo). El alero, que no tiene problema alguno en colgarse al equipo entero a la espalda cuando éste necesita oxígeno, se ha convertido en uno de los grandes de la Liga. Es difícil ver a estrellas de su calibre tomar tantas buenas decisiones seguidas. Falla poco y cuando lo hace es un simple problema de ejecución: buenos fallos, que dicen allí. Es insuperable en el uno contra uno, defiende mejor que nadie las líneas de pase y cada día es más difícil de parar en ataque. Lo tiene todo...
Otro que lo tiene todo es el bueno de DeMarcus Cousins, que se llevó a Pau Gasol (7 puntos, 6 rebotes) y a LaMarcus Aldridge (16) colgados del tobillo izquierdo. Solo Cousins puede parar a Cousins es una de las grandes verdades actuales del baloncesto NBA. 37 puntos y 16 rebotes en 37 minutos de acción. Por dentro, por fuera, atacando el dos contra uno... Qué bestia. Él y Afflalo volvieron a meter en el partido a los Kings cuando parecía que los Spurs ya no iban a mirar atrás, pero ni eso fue suficiente para superar al mago Pops.
Lo del técnico de los Spurs es una auténtica locura. Quizás nos pasamos otras veces con las alabanzas, pero en esta ocasión es difícil no rendirse ante sus virtudes. No fue LaMarcus Aldridge quien mantuvo a los suyos en el partido. Ni un Parker, ni Pau Gasol. Y tampoco un Kawhi Leonard que brilló al principio y mató al final. Fueron Manu Ginóbili (sí, en 2016), David Lee (lo sé...) y Dewayne Dedmon (no me lo invento...): +19, +18 y +21 sobre el parqué para un trío al que hay que sumar el +20 de Patty Mills y la intensidad de Jonathon Simmons (43 puntos entre los cinco). Imaginen el quinteto en cualquier otro equipo... Popovich, señoras y señores.
Dos triunfos ya para unos Spurs que tienen más trabajo por delante del que podría parecer. El quinteto titular tiene lagunas evidentes, sobre todo defensivas (Gasol y Parker no jugaron los minutos importantes, cuando había que defender de verdad), que tendrán que ajustar. ¿Con qué nos sorprenderá el mago?