Los Celtics se estrenan con una victoria y un buen susto
Isaiah Thomas (25 y 9) fue el mejor de un duelo en el que los Nets tuvieron dos triples para forzar la prórroga. Ilusionante debut de Al Horford.
Los Celtics abrieron el curso 2016-17 con un triunfo y un buen susto en el cuerpo. Los de Brad Stevens cumplieron con el guion previsto y se deshicieron de los Nets (122-117), pero acabaron pidiendo la hora tras dilapidar una ventaja de 23 puntos (110-87) en los últimos 8 minutos de juego. Lo que parecía una simple labor de maquillaje en el marcador por parte de los visitantes, se acabó transformando en un intento de remontada con todas las letras. La excesiva relajación de los verdes se acabó volviendo en una sucesión de pérdidas y ataques sin sentido que puso en bandeja de plata a Brooklyn la posibilidad de forzar la prórroga. Bojan Bogdanovic (21 tantos) y Justin Hamilton (19+10 para el ex-taronja en su regreso a la NBA), los dos mejores en los de Atkinson, contaron con sendos triples para poner el empate a 120 a 15 segundos de la conclusión. Sólo dos tiros libres de Isaiah Thomas pusieron fin al sudor frío que se había instalado en el TD Garden.
Precisamente, fue el eléctrico base el encargado de romper el duelo en el tercer acto. Acabó firmando 25 puntos, 9 asistencias, 6 rebotes y 2 robos de balón. A falta de la integración definitiva de Al Horford, el dominicano cumplió en su estreno como Celtic (11+5+6 y 4 tapones en 27 minutos), Thomas volvió a demostrar quién es el verdadero motor de estos Celtics que tuvieron dos caras. En ataque, pérdidas (19 en total) al margen, dieron muestra de lo que pueden llegar a ser con un interior tan inteligente y polivalente como Horford en pista. Tan capaz de hacer daño con sus bloqueos como abriéndose cual exterior. Por momentos, circularon extremadamente bien el balón: 36 asistencias de 48 tiros de campo convertidos. Circunstancia que aprovecharon Jae Crowder (cada día más importante) y Avery Bradley para anotar desde fuera. Pero eso sí, su solidez defensiva de cursos anteriores, la dejaron extraviada en algún momento del verano. Despistes, demasiadas segundas opciones concedidas (15) y tiros liberados que los anárquicos Nets supieron aprovechar. Ya lo advirtió Horford al descanso: 58 tantos encajados son demasiado.
Pocas conclusiones más se pueden extraer de este primer envite por el lado de los de Boston. Gerald Green volvió a vestir la camiseta de la franquicia que le drafteó allá por 2005 (número 18). Nada más saltar al parqué dejó ver (y no por el peinado con trébol incluido) que quería agradar. Una pena que tanto él como el resto del banquillo estropearan su aseada actuación con unos bochornosos finales. Otro suplente que salió hipermotivado fue Jaylen Brown. El número 3 del draft ofreció una positiva imagen (9 puntos). Y descaro y físico. Que le pregunten al bueno de Hamilton. Todo un miembro del último mejor quinteto ACB de la temporada que acabó por los suelos y muy dolorido tras intentar contener un intento de mate del rookie.
Por su parte, y a tirones, los Nets se mantuvieron con vida hasta el intermedio. Tras la reanudación, un muy irregular Jeremy Lin fue el único que salió con las pilas cargadas. Lo que coincidió con la corta pero suficiente subida de intensidad en la defensa de los de Stevens. Todo parecía ya visto para sentencia, pero la fe visitante y la total desconexión de verde (pensando ya en su duelo de la siguiente madrugada en Chicago) hicieron que se prolongase mucho más de la cuenta un duelo que parecía cerrado desde hace tiempo. La cara de Danny Ainge era un poema. Detalles que pulir y no bajar nunca del todo los brazos. Más que la victoria —20-3 es el balance de los Celtics en sus últimos 23 partidos de RS en Boston—, que importante para arrancar con buen pie, la mejor noticia sería que hubieran aprendido la lección. Si quieren aspirar a lo más alto no pueden demostrar la falta de madurez de hace dos campañas.