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MINNESOTA TIMBERWOLVES | ANÁLISIS

Timberwolves: deshojar la margarita, ¿cautela o emoción?

La ilusión en torno a la franquicia de Minnesota es muy alta, aunque convendría no sobrepasarse y cargar de presión extra a los Towns, Wiggins, LaVine...

Timberwolves: deshojar la margarita, ¿cautela o emoción?

Digámoslo sin miedo, los Wolves se presentan como uno de los equipos a los que resulta de obligado cumplimiento seguir en este nuevo curso. Ahora bien, ¿quiere esto decir que serán competitivos? ¿Pelearán por entrar en Playoffs? Vayamos por partes. Sobre la primera pregunta, más que contestarla con un sí categórico, convendría convertirla en una premisa indispensable. Fundamental para el crecimiento de una de las plantillas más jóvenes y talentosas de la Liga. Aunque eso sí, que estén obligados a pelear cada partido no significa que se les exija (y así contestamos la segunda cuestión) el billete a la postemporada para no calificar con un suspenso el primer ejercicio de Tom Thibodeau en el equipo. El entrenador que nos ofreció a los mejores Bulls post-Jordan aterriza en la gélida Minneapolis con el objetivo de tutelar el aprendizaje y crecimiento de una joven camada de lobos que perdió a su padre deportivo hace justo un año. El fallecimiento de Flip Saunders marcó inevitablemente el devenir de la pasada campaña. Sam Mitchell se vio sobrepasado por las circunstancias y no gestionó bien las rotaciones. Se le criticó, y con razón, por no dar a los jóvenes la cantidad de minutos necesarios. ¡Qué más da si apenas vas a ganar 29 partidos!

Revisando los números de la 2015-16 comprobamos que los Wolves son un equipo enérgico, al que le gusta correr y solidario (aparecen en la zona noble de cada categoría estadística relacionada con las asistencias). Sin embargo, su vistoso ataque se vio lastrado por su incapacidad para anotar por fuera. Un problema que no es exclusivo de un Ricky Rubio que podría acabar el curso vistiendo otra camiseta (parece que Kris Dunn es el futuro)... Gente como Wiggins, Muhammad y LaVine también deben mejorar su porcentaje de acierto en triples. Factor que se antoja fundamental en plena era del small ball.

Si bien es en su propio aro donde se deben observar los mayores cambios. De ahí la apuesta por Thibodeau, todo un especialista defensivo. Una mejora atrás, se traducirá en puntos fáciles al contraataque y en transiciones rápidas. El punto fuerte de una plantilla tan ilusionante como inexperta y coronada por Karl-Anthony Towns. El dominicano hace de todo y todo bien. Si en su año rookie firmó 18,3 puntos y 10,5 rebotes en 32 minutos, ¿dónde se sitúa su techo? Por lo que ambición respecta, queda muy alto. “Quiero avisar a todo el mundo que estamos llegando. Que recuerden los últimos 13 años de la franquicia porque las cosas están empezando a cambiar”, anuncia. Sus palabras no hacen sino aumentar la emoción y expectativas puestas en los Wolves. Pero eso sí, conviene ser cautos. Son muchos los proyectos de súper equipo que se quedaron en el camino. Soñar sí, pero con los pies en la tierra.