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ORLANDO MAGIC | ANÁLISIS

Orlando Magic: cuando una ventana se cierra, ¿se abre otra?

La franquicia de Florida dinamitó este verano todo su proyecto de reconstrucción con el adiós de Victor Oladipo. Serge Ibaka es la gran novedad.

Orlando Magic: cuando una ventana se cierra, ¿se abre otra?
ORLANDO SENTINEL

¿Y ahora qué? ¿Cuál es el camino a seguir? Esa son las dos grandes preguntas que uno se plantea cuando mira a Orlando Magic versión 2016-17. La franquicia ha dado un vuelco a un proyecto que, aunque ilusionante por la juventud de sus hombres (24,4 años de edad la temporada pasada) y su calidad supuesta, no dio los frutos previstos. Comenzó a forjarse a partir de 2009, el año de las Finales perdidas contra los Lakers. Desde ese año, las piezas protagonistas de esa hazaña como Howard, Rashard Lewis, Türkoglu… fueron cayendo hasta concluir la limpia en el verano de 2013 con el adiós de toda una institución en el conjunto de Florida: Jameer Nelson.

A partir de ese momento, el objetivo era claro: reunir calidad, y joven, para ser competitivos a corto plazo en un Este disfuncional, donde sólo LeBron en su versión Heat y Cavaliers dominaba; y alcanzar en uno medio los playoffs por el título. Pero el nivel mínimo exigido fue inalcanzable. Desde 2012 no hay playoffs. Desde 2012, Jacque Vaugh, James Borrego y Scott Skiles trataron lo imposible... y fue imposible. Y la temporada pasada se agotaron las balas (y la paciencia) en esta reconstrucción, a pesar de que el inicio fue explosivo con Skiles a la cabeza y la ilusión por bandera. El equipo se situó en cuarta posición a finales de 2015 con un juego y unos resultados de altura, pero llegó enero y el desastre alcanzó Orlando. Un 2-12 de balance imposibilitó cualquier tipo de sueño. Se finalizó 11º con 35 victorias, el mejor resultado desde 2012, aunque la sentencia estaba redactaba: volvamos a empezar.

La imprevista salida del banquillo de Skiles fue el síntoma más claro de que un nuevo viento se abría paso. Las primeras ráfagas, de todas formas, ya golpearon en febrero con el traspaso de Tobias Harris, uno de esos jóvenes diamantes que acumuló Orlando con el paso de los años. Luego llegó el draft y el traspaso en mayúsculas: Ersan Ilyasova, Victor Oladipo y Domantas Sabonis (elegido en la noche de los novatos) salieron hacia Oklahoma por Ibaka. Arriesgado, muy arriesgado. El hispanocongoleño, una bestia defensiva y ofensiva, está ante su gran oportunidad para ser un jugador franquicia, pero hay que esperar.

Toda esta amalgama de ingredientes tendrá un chef de lujo en la figura de Frank Vogel. Constante y efectivo, llevó a Indiana Pacers a cuatro playoffs en sus cinco cursos en el banquillo con dos finales de Conferencia incluidas. Es un hombre milagro que posee la varita para fortalecer al equipo y crecer a partir de la defensa, a la que ha elevado a nivel de arte. Con él, Indiana tuvo dos campañas por debajo de los 100 puntos anotados y nunca superó los 103,5 por cada 100 posesiones. Debemos remontarnos a la 2010-11 para ver algo semejante en Florida. Mucho tiempo la verdad.