Jazz: el momento de ganar ya ha llegado en Salt Lake City
La defensa que es seña de identidad de los Jazz se verá acompañada por un ataque que debería ser mucho mejor: Johnson, Diaw, Hill...
Ha llegado la hora de la verdad para los Jazz. Todos los pronósticos les sitúan en playoffs y, a no ser que surjan lesiones de importancia, así debería ser. Los fichajes de veteranos curtidos en mil batallas y de calidad contrastada suponen la guinda para una plantilla que ya contaba con mucho talento, pero que carecía de experiencia para dar el salto definitivo. Es el momento de empezar a competir de verdad para Utah, después de haberse acercado a las eliminatorias por el título en las dos últimas campañas.
La defensa, la gran fortaleza del equipo desde que Quin Snyder dirige al conjunto de Salt Lake City, seguirá siendo un bastión con la presencia interior de Derrick Favors y Rudy Gobert, una pareja de élite en progresión ascendente. La temporada pasada sólo los San Antonio Spurs recibieron menos puntos por partido y en la 2014-15 los Jazz lideraron esta clasificación. Y no hay razones para pensar que esa dinámica vaya a cambiar. A ello debe unirse una mayor solvencia en ataque con los fichajes de Joe Johnson (siete presencias en el All Star), Boris Diaw (campeón en 2014 con los Spurs) y George Hill, un base que por fin dará solidez a la dirección del equipo tras la fallida apuesta por Trey Burke. Con ellos y la recuperación del proyecto de gran jugador que es el guard australiano Dante Exum, número 5 del draft de 2014, los Jazz contarán con una rotación extensa y de garantías.
El líder sobre el parquet será de nuevo Gordon Hayward, quien seguirá dando pasos hacia el All Star mientras se mantiene como la principal amenaza exterior del equipo de la Northwest Division. El alero de 26 años es uno de los jugadores más completos y fiables de la NBA en su puesto. Rodney Hood, por su parte, espera confirmar todo lo bueno que mostró en la campaña 2015-16 en una posición, la de escolta, en la que también tendrá mucho que decir Alec Burks. A esos nombres hay que sumar otros como el del prometedor Trey Lyles y buenos jugadores de equipo como Joe Ingles o Shelvin Mack. En definitiva, los Jazz cuentan con todo lo necesario para convertirse en una de las sensaciones de la temporada, incluido una cancha de la que nunca ha sido sencillo llevarse la victoria y un técnico que sabe lo que hace. Todo el mundo espera ver un equipo ganador de nuevo en Salt Lake City y esa presión, no obstante, puede ser el peor enemigo de los Jazz.