Lakers: después de Kobe Bryant, el futuro comienza ahora
Russell, Ingram, Randle, Clarkson, Nance, Zubac... los baby Lakers arrancan desde cero con Luke Walton al frente. Se abre una nueva etapa en L.A.
La temporada 2016-17 de los Lakers pasará a la historia principalmente por ser la primera en veinte años sin Kobe Bryant, la megaestrella que lo ha centrado todo durante este tiempo. Y será así, más allá de por la relevancia de un jugador único, porque a nivel de resultados no se esperan cambios radicales a corto plazo respecto a los últimos años. El equipo no aparenta estar preparado aún para ganar con regularidad.
Sin embargo, aunque todavía se intuyen lejanos los días en que puedan volver a aspirar a grandes objetivos, la base joven del conjunto permite pensar en que buenos tiempos están por venir para la franquicia californiana. El talento de D’Angelo Russell, Jordan Clarkson, Julius Randle, Larry Nance, Ivica Zubac y el número 2 del pasado draft, Brandon Ingram, es suficiente motivo para ilusionar a una afición que anda necesitada de esperanza tras tres cursos horrendos. Eso y la llegada de Luke Walton, un técnico de tan sólo 36 años con pasado exitoso en la franquicia, que ya de entrada ha conectado bien con este grupo de inexpertos jugadores. Su primera misión será conducir hasta el siguiente nivel a Russell y a Randle, los dos hombres que junto a Clarkson deben tirar del equipo a la espera de que Ingram se adapte a la NBA. El prometedor alero está llamado a ser uno de los jugadores dominantes de la liga en el futuro, pero a sus 19 años aún muestra detalles por pulir que tal vez no le permitan tener un impacto inmediato. Para ayudar en el proceso de maduración de la plantilla han llegado veteranos como Luol Deng y José Manuel Calderón, ambos muy respetados por su profesionalidad, además de Timofey Mozgov. Los tres darán equilibrio a un equipo que viene de ser débil atrás y un desastre en ataque (fueron el peor equipo 2015-16 en puntos por partido, asistencias y porcentajes de triples y tiros de campo).
Con Walton en el banquillo, los angelinos aspiran a mejorar en el juego ofensivo y a convertirse en un equipo vistoso. No obstante, el inicio de temporada será complicado y los nervios podrían aflorar pronto en una franquicia siempre presionada por el peso de su historia: disputan veinte partidos entre octubre y noviembre, catorce de ellos ante equipos que ganaron 40 o más encuentros el pasado curso (incluidos tres ante los Warriors de Curry y Durant). La era post Kobe ha comenzado y competir en cada partido debe ser la primera meta de los baby Lakers.