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DALLAS MAVERICKS | ANÁLISIS

Mavericks: una última copa a la salud de Dirk Nowitzki

Los Mavs saben que el tiempo de su estrella se acaba y le siguen regalando temporadas de alto nivel competitivo... pero sin aspiración de anillo.

Dirk Nowitzki sigue siendo el gran rostro de los Mavericks.
Dirk Nowitzki sigue siendo el gran rostro de los Mavericks.Christian PetersenAFP

Tim Duncan, Kobe Bryant, Kevin Garnett, ahora Paul Pierce, muy probablemente Manu Ginobili… ¿notas algo en especial, Dirk Nowitzki?

Es muy difícil tener más cariño y respeto por un jugador que el que se tiene por el alemán de los Mavericks en esta liga. No conozco a un solo aficionado al que le caiga mal, que quiera que le vaya de pena o que desee que pierda con todas su fuerzas. Es el prototipo de individuo que es gracioso, inteligente, educado, querible… ah, sí, y un fascinante jugador de baloncesto que ha marcado a toda una generación de espectadores. Amén de un asesino inmisericorde.

Antes de Dirk no existían los cuatro como él. Después, tampoco. No se trata sólo de estar en una posición interior en la que la amenaza más importante es el tiro exterior, no, que de eso sí que hemos tenido, y tendremos, en abundancia. Se trata de sus increíbles habilidades desde la altura que las ejecuta y como creó un tiro indefendible: el fade away con la pierna levantada.

Ese tiro, esa seña de identidad, entra o no entra, pero rara vez tiene nada que ver con la oposición. En ese sentido, se parece al sky hook de Kareem Abdul Jabbar, sin duda el lanzamiento más indefendible de la historia del baloncesto. Cuando creas tu propio tiro, cuando en todas las canchas del mundo cuando alguien lo imita todo el mundo exclama “¡Dirk!” es que has ganado. Por completo. Has ganado el baloncesto.

Pero todo se acaba, y nuestro Nowitzki se acaba.

Hay que aplaudir a Mark Cuban que durante los últimos años no haya arrojado la toalla. Sabiendo que la mayor estrella que ha tenido jamás su equipo se va apagando ha querido regalarle unas últimas temporadas en las que competir y estar arriba, en las que ser alguien relevante. Por eso se ha pasado los veranos persiguiendo grandes agentes libres. Pero, por desgracia para ellos, fallando una vez tras otra. No tanto como para ser irrelevantes, correcto, aunque sin en el punch necesario para ser aspirantes a anillo. Ni siquiera a poner en apuros a los grandes.

Este verano ha vuelto a suceder, y se han llevado piezas nada desdeñables, así que volveremos a ver a los Mavs de las últimas campañas: decentes, dignos, con victorias, probablemente en playoffs, pero sin nada que hacer ante los grandes equipos. Que sea una más, que sea una más antes de pensar en la reconstrucción, que lo sea por Dirk Nowitzki.