WASHINGTON WIZARDS | MOVIMIENTOS
Los Wizards, Durant y el verano del perfecto pagafantas
El equipo de la capital liberó masa salarial con el deseo de que KD hiciera el camino de vuelta a casa, como LeBron... y ni siquiera tuvieron opción.
El verano de los Washington Wizards, con perdón, fue el del perfecto pagafantas. Que es una de las cosas más tristes que se puede ser en este mundo: pagafantas. Ese chico bueno, sensible e inteligente que sirve de paño de lágrimas pero jamás, jamás, de nada más que un buen amigo.
Durante más de un año fueron el objetivo imposible de todos los rumores que situaban a Kevin Durant fuera de Oklahoma City. Como el jugador es originario de la zona, y al calorcillo demagógico de que LeBron James había vuelto a su casa, con toda la retórica que le acompañó en su viaje de vuelta desde South Beach hasta Cleveland, con todos sus talentos, los Wizards fueron la caída de ojos tierna e infantil de un sueño absurdo. Pero se lo creyeron. Y le llamaron, con todo su corazón, y su espacio salarial, abierto.
Pero, claro, Kevin Durant juega en otra liga. La de las estrellas de cine y las del hip hop, los Warriors, los Thunder, los Celtics. Ni siquiera les cogió el teléfono. No les digno ni una visita, a pesar de todo el cariño que le mostraron en sus viajes a Washington, donde él daba palmaditas en la espalda a la grada con gesto de sois un encanto.
Así que el pagafantas se quedó con el ramo de flores, imagino que bajo la lluvia, cogió sus 128 millones de dólares y se los gastó en su noviazgo de toda la vida, Bradley Beal, que ¿sabéis qué? Tampoco está tan mal.
Los grandes fichajes se olvidaron, por supuesto. Lo que siguió fue un fichaje de perfil bajo que, sin embargo, le puede hacer mucho bien, como es el de Ian Mahimmi, y una apuesta que no tiene ningún riesgo, ni grandes opciones de acabar siendo relevante: Trey Burke. El base nunca rindió en Utah y, ahora, será reserva de Wall, por lo que sus minutos serán escasos.