WASHINGTON WIZARDS | PLANTILLA
John Wall, llega la hora de liderar más y quejarse menos
Los Wizards son todo potencial pero es tarea de Scott Brooks que eso desemboque, por fin, un equipo que aspire a llegar lejos en el Este.
En una práctica habitual en los últimos tiempos en la NBA, John Wall y Bradley Beal aparecen con constancia en la lista de mejores parejas exteriores de la liga. Con el advenimiento de los Golden State Warriors se ha hecho popular este juego de medir a los tiradores por separado del resto del equipo y hacer encuestas al respecto. Está bien, es divertido.
Pues bien, la presencia de Wall y Bradley ha de llevar aparejada detrás la coletilla ‘por potencial’ porque lo cierto es que sus resultados no sostienen que se les pueda considerar en la elite. No aún. Y no porque no hayan dejado chispazos aquí y allá de una calidad fuera de dudas y una capacidad, muy cierta, de aspirar a ese título honorífico. Pero ni la constancia, ni las lesiones, ni la relación entre ambos ha sido como para apuntalarles como proyecto. Que eso es lo que es: proyecto. Porque nada de lo que suceda en el futuro inmediato en los Wizards tiene ningún sentido sin la presencia de ambos y sin su compromiso entre sí y para con sus compañeros.
Estos están lejos de meter miedo a nadie. Gortat seguirá siendo el pívot titular, aunque la suma de Mahimmi a la posición les da mayor presencia física, que bien la necesitan, en detrimento del veterano Nene. Markieff Morris llegó el invierno pasado y les acompañará en el interior. El puesto de tres, en teoría, debería ser una de las potencias del equipo, con dos tipos escogidos muy alto en el draft como son Otto Porter y Kelly Oubre, pero hay dudas en ambos, por juventud y por inconsistencia, aunque el primero tendría que haber dado ya un paso más en su carrera que, a estas alturas, ya no parece tan claro que vaya a poder dar. También, en un gesto benéfico que les honra, han decidido dar una última oportunidad en esta liga a Trey Burke.
El entrenador: Scott Brooks
Scott Brooks no puede quejarse del talento que le ha tocado entrenar en la liga. Sin llegar a las cotas absurdas del Westbrook-Harden-Durant-Ibaka que pudo disfrutar en OKC, su aterrizaje en los Wizards le pone a los mandos de una plantilla con mucho potencial. Qué palabra tan peligrosa: potencial.
La estrella: John Wall
Wall es rápido como una centella, explosivo, dominador, un espectáculo enorme en una cancha de baloncesto. Pero de un tiempo a esta parte luce con el ceño fruncido y un avinagramiento del carácter producido por los colapsos de su equipo. Hora de más liderar y menos quejarse.